Elon Musk
Elon Musk es, sin ningún lugar a dudas, la persona más importante e influyente de nuestra era.
Elon Musk es, sin ningún lugar a dudas, la persona más importante e influyente de nuestra era.
Imagínate no admirar a alguien que es capaz de dirigir a la vez:
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- La empresa que aparca en paralelo cohetes de 120 metros de altura en su regreso a la Tierra
.Objetivo final: Convertirnos en una civilización multi-planetaria
- La empresa que construye el vehículo eléctrico más popular del mercado
.Objetivo final: Descarbonizar el planeta
- La red social más influyente del mundo
.Objetivo final: Preservar la libertad de expresión
- La empresa que desarrolla las interfaces cerebro-computadora implantables más avanzada
.Objetivo final: Conectar el cerebro humano con inteligencia artificial
Todo ello mientras gana a golpe de post en X las elecciones americanas y se cuela entre los 20 mejores jugadores de Diablo IV del mundo.
Por si tuviera poco sobre la mesa, ahora será el encargado de reducir el exceso de burocracia y despilfarro en la administración americana como cabeza del DOGE (Department Of Gubernamental Efficiency), cuyo nombre coincide genialmente con el de una de las memecoins favoritas de Musk.
El humor es otra de las marcas de la casa.
¿Cómo puede alguien conseguir tanto?
Como veremos, el enfoque único de Musk le permite avanzar a una velocidad impresionante en varias industrias a la vez.
Su habilidad para motivar a sus ingenieros y promover una cultura de innovación rápida es parte importante de lo que lo hace ser tan efectivo.
Walter Isaacson cuenta en la biografía de Musk una de las claves que le permiten ser tan productivo.
La noche en que el Consejo de Twitter aceptó su oferta de compra, Musk fue a Boca Chica, en el sur de Texas, donde pasó un buen rato obsesionado con una válvula en el motor Raptor que tenía una fuga de metano. Los ingenieros que andaban por allí probablemente pensaban: “Este tipo acaba de comprar Twitter, ¿deberíamos decirle algo o mejor nos lo guardamos para otro día?”.
Pero Musk estaba completamente concentrado en el problema técnico de la válvula.
Más tarde, Musk fue con su hermano Kimbal a un local en la carretera en Brownsville y se sentó a escuchar música, sin llamar la atención de nadie.
Una de sus fortalezas es que en un solo día puede concentrarse intensamente en una serie de temas totalmente distintos, uno tras otro.
Un momento está pensando en cómo mejorar la carga de videos en X.com y al siguiente está lidiando con permisos de la FAA (Federal Aviation Administration) para el Starship o con decisiones sobre Starlink y la CIA.
Y cuando se concentra en algo, es casi imposible distraerlo.
No está pensando en temas pendientes.
Cuando está enfocado en Starlink, no está preocupado por la decisión de Tesla sobre el nuevo coche de 25,000 dólares, por ejemplo.
Entre una tarea y otra, procesa información y busca desahogarse.
Para él, desahogarse puede ser jugar una partida rápida de Diablo o escribir algunos posts en X.
Isaacson comenta que en algún momento pensó que Musk era un gran multitasker, pero se dio cuenta de su error.
Musk es un “serial tasker”: se enfoca con toda su atención en una tarea durante una hora, luego se da un respiro con algo como un videojuego, y después se concentra en la siguiente.
Hay una anécdota en la que Elon jugaba al póker con un grupo de personas en el que estaba también Max Levchin (otro miembro de la PayPal mafia).
A pesar de no ser un jugador de cartas experimentado, Musk adoptó una estrategia sumamente agresiva.
Hacía un “all-in” en cada mano, perdiendo una y otra vez, pero sin dejar de recomprar fichas.
Finalmente, después de muchas pérdidas, ganó una mano arriesgándolo todo nuevamente y, en ese momento, anunció que terminaba de jugar.
Esta estrategia de póker refleja la táctica de Musk en la vida real, donde con frecuencia lo apuesta todo, sin “retirar fichas de la mesa”, sino arriesgándolas para alcanzar sus objetivos.
Vive su vida y sus proyectos apostando todo.
Y ganando.
En una reciente entrevista con Tucker Carlson tras la victoria de Trump en las elecciones americanas repetía el mismo patrón:
Tucker Carlson: “Te lanzaste más a fondo de lo que he visto nunca a alguien hacer algo.
¿Alguna vez dudaste, o simplemente decidiste ir con todo y lo hiciste?”
Elon Musk: “Mi filosofía es que, si juegas, juegas para ganar. No juegas a medias.”
El que pone a los ingenieros por encima de todo
Su estilo de liderazgo se basa en la ingeniería.
Musk trabaja casi exclusivamente con ingenieros y se asegura de entender personalmente cada sistema técnico.
Evita las reuniones y conversaciones que no sean directamente sobre temas de ingeniería y se involucra en las reuniones clave de los proyectos.
No le gusta pasar por capas de gestión y prefiere hablar directamente con quien está a cargo de cada proyecto.
Esta cercanía y su conocimiento técnico le han ganado el respeto y la lealtad de los ingenieros de sus empresas.
Cada semana, Musk identifica el mayor obstáculo en cada una de sus compañías y se reúne con los ingenieros para solucionarlo en ese mismo periodo.
Gracias a esto, puede mantener un ritmo de trabajo frenético en varias empresas al mismo tiempo.
Además, no es raro que Musk trabaje hasta altas horas de la noche, lo que muestra su compromiso con ver resultados inmediatos.
Decía el propio Elon recientemente:
“Considero que una de mis responsabilidades principales al dirigir empresas es crear un entorno donde los grandes ingenieros puedan prosperar.
Y creo que en muchas empresas, quizás en la mayoría, si alguien es un ingeniero realmente talentoso y motivado, sus habilidades son reprimidas.
En algunas de estas empresas, el talento en ingeniería es suprimido de una forma que no parece obviamente negativa, pero donde todo es tan cómodo, te pagan tanto, y el nivel de exigencia es tan bajo que es como una jaula de oro.
No parecen malos lugares para los ingenieros, pero hay que preguntarse: un buen ingeniero entró, ¿y qué consiguió sacar?
La productividad de ese talento en ingeniería parece muy baja.
Tesla no es una jaula de oro.
Somos exigentes.
Vas a lograr muchas cosas.
Será realmente increíble, y no será fácil.
Pero si eres un ingeniero con muchísimo talento, creo que tus habilidades serán aprovechadas aquí más que en cualquier otro lugar.
SpaceX es igual en ese sentido.
El del “¿qué has logrado esta semana?”
Como decíamos, Elon Musk tiene una manera de trabajar que se centra obsesivamente en el progreso semanal.
Su enfoque, conocido como “el método de Elon”, se resume en una simple pregunta: “¿Qué has logrado esta semana?”.
A diferencia de muchas empresas que planifican a largo plazo, Musk prefiere resultados rápidos y concretos, dejando de lado las planificaciones corporativas tradicionales.
El que itera más rápido y es inmune a la opinión pública
Otro de sus principios es la iteración rápida.
Musk no le tiene miedo a los fracasos públicos; de hecho, los ve como oportunidades de aprendizaje.
En SpaceX, por ejemplo, desarrolló cinco generaciones de cohetes en poco tiempo, aunque cuatro de ellos fallaron, confiando en que el quinto funcionaría.
No deja que la opinión pública lo detenga y acepta que algunos de sus proyectos fracasen si eso lo acerca a sus objetivos.
El que piensa desde “primeros principios”
Si hay algo que nos enseñan a los ingenieros es aquello del “divide y vencerás”.
Musk aplica este enfoque de “pensamiento de primeros principios” a casi todo lo que hace, lo que consiste básicamente en reducir los problemas a sus bases más simples.
De nuevo, esto le ayuda a eliminar procesos innecesarios y a centrarse solo en lo que realmente importa.
Rechaza las estructuras corporativas tradicionales.
Como Bezos, odia el PowerPoint y mantiene la documentación al mínimo.
Su estilo es directo, eficiente y totalmente enfocado en resultados.
Por ejemplo, una vez que Elon entendió que ganar en Pensilvania era la clave para desequilibrar las elecciones en EEUU, se instaló allí y se quedó hasta que cambió el rumbo.
Así es como hace todo.
Encuentra la palanca que puede mover al mundo y se lanza sobre ella sin descanso, una y otra vez.
El diplomático cognitivo
Elon es Asperger.
Es indudable que su cerebro está cableado de forma diferente al de la mayoría.
¿Podría ser esto parte de su súper poder?
El poder de Elon no reside en su supuesta riqueza heredada ni en su inteligencia, ética de trabajo o motivación.
Simplemente sabe cómo manejar a los ingenieros autistas para que hagan lo que él quiere mejor que cualquier otra persona viva en el planeta.
El ingeniero promedio es una criatura muy débil, temerosa y tímida.
Por eso eligieron la ingeniería como carrera en primer lugar: es segura.
Tienen un miedo mortal al fracaso. Solo quieren que no les griten.
No quieren que la “cosa mala” sea “culpa suya”.
Son como ovejas que se enferman y mueren si se estresan.
Si se les encarga algo con lo que creen que podrían fallar, pondrán toda su energía en elaborar una justificación de por qué es imposible de hacer en lugar de hacer un esfuerzo de buena fe para intentar llevar a cabo la tarea.
Son maestros en crear enormes máquinas donde el resultado final es una excusa.
Elon no tiene paciencia para esto.
Él lo ve con claridad meridiana.
No es un ejecutivo convencional, no es uno de esos tipos de traje.
La debilidad de estos hombres de traje radica en su tendencia a creer ciegamente lo que les dicen los ingenieros, cayendo víctimas de engaños.
Su falta de comprensión de las ciencias naturales otorga a los ingenieros una ventaja sobre ellos.
“El ingeniero ingenuo, posiblemente autista, al que estoy engañando probablemente sea de fiar”, piensan, sin ser conscientes de lo equivocada que es esta suposición.
Pero Elon es diferente.
Elon entiende el juego que se está jugando y se niega a ser engañado. Habla autismo con fluidez.
Cuestiona sus suposiciones.
Les pide que innoven en una solución, en lugar de en la excusa.
“Si esta forma es imposible, ¿por qué no intentarlo de esa otra manera?”
Estos simples encuadres atraviesan la mente autista, que tiende a hiperfocalizarse y dar vueltas tratando de resolver un rompecabezas irresoluble en lugar de salir y encontrar un rompecabezas más manejable.
Es pura psicología.
Elon existe en el espacio liminal entre el autismo y el no autismo, es un diplomático cognitivo del más alto orden.
Por eso logra hacer las cosas.
Es capaz de convertir el autismo crudo sin refinar en autismo útil a una escala y eficiencia que no puede ser igualada por ningún otro ser humano vivo.