Las personas modifican su apariencia para que se adapte a sus nombres
Un nuevo estudio ha descubierto que las personas tienden a modificar su apariencia para que se adapte a sus nombres.
Un nuevo estudio ha descubierto que las personas tienden a modificar su apariencia para que se adapte a sus nombres.
Los investigadores buscaron determinar si los padres eligen el nombre del bebé en función de lo que parece apropiado para la apariencia del bebé, o si las apariencias faciales de los individuos cambian con los años para alinearse con los estereotipos sociales asociados con sus nombres.
En el estudio, se pidió a niños y adultos de 9 a 10 años que relacionaran rostros con nombres.
Los resultados revelaron que tanto los niños como los adultos relacionaron correctamente los rostros de los adultos con sus nombres correspondientes, significativamente por encima del nivel de azar.
Sin embargo, cuando se trataba de rostros y nombres de niños, los participantes no fueron capaces de hacer asociaciones precisas.
En otra parte del estudio, un sistema de aprendizaje automático se alimentó con una gran base de datos de imágenes de rostros humanos.
El ordenador reconoció que las apariencias de los rostros de adultos con el mismo nombre eran significativamente más similares entre sí que las representaciones de rostros de adultos con nombres diferentes.
Por el contrario, no se encontró ninguna similitud significativa entre los niños con el mismo nombre en comparación con los niños con nombres diferentes.
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Los investigadores concluyeron que la similitud entre el rostro de una persona y su nombre es el resultado de una profecía autocumplida.
El aspecto facial cambia a lo largo de un largo período de tiempo para alinearse con los estereotipos sociales asociados con el nombre.
Estos estereotipos pueden formarse de muchas maneras, por ejemplo, porque el nombre está vinculado a una figura famosa o debido a las connotaciones de un nombre bíblico.
La investigación destaca la importancia más amplia de este efecto sorprendente: el profundo impacto de las expectativas sociales.
Hemos demostrado que existen construcciones sociales o estructuraciones, algo que hasta ahora ha sido casi imposible de comprobar empíricamente.
La estructuración social es tan fuerte que puede afectar la apariencia de una persona.
Estos hallazgos pueden indicar hasta qué punto otros factores personales que son incluso más significativos que los nombres, como el género o la etnia, pueden determinar en qué se convierte una persona cuando crece.
Al poner nombre a un bebe lo estás predestinando a ser como se cree que es ese nombre.
Si usas nombres poco comunes o nuevos el individuo podrá ser más libre y tener una personalidad mas unica.