El sumo, más que ser solo el deporte nacional de Japón, es una ventana a la historia y los valores de esta nación. Con siglos de tradición, este arte no es solo una competencia física, sino un símbolo de la cultura japonesa que sigue teniendo un gran significado.

Origen del sumo

Nació como un ritual para pedir buenas cosechas a los dioses, y poco a poco se convirtió en un enfrentamiento físico. En el período Edo (1603-1868), el sumo se popularizó, volviéndose un espectáculo casi sagrado que la gente seguía con fervor.

Detrás de cada combate, el sumo refleja las virtudes japonesas:

• Disciplina y esfuerzo: Los rikishi (luchadores) llevan una vida de entrenamientos duros desde jóvenes, con estrictas rutinas y dietas. Estos sacrificios no solo los preparan para la lucha, sino que les enseñan a ser perseverantes y fieles a las tradiciones.
• Honestidad y lealtad: Los rikishi pertenecen a escuelas llamadas heya, donde el respeto y la lealtad hacia su maestro (oyakata) son esenciales. La honestidad y la integridad son cualidades clave dentro y fuera del ring.
• Pureza y tradición: Antes de cada combate, los rituales son imprescindibles. No solo preparan al luchador, sino que los conectan con sus antepasados, recordándoles que representan siglos de historia.
• Respeto a la autoridad: El respeto hacia la jerarquía es vital en la sociedad japonesa y, por supuesto, en el sumo. Los luchadores más jóvenes deben mostrar respeto a los de mayor rango, como muestra de su formación en valores.

Sumo contemporáneo

A pesar de los cambios que ha vivido Japón, el sumo sigue siendo muy popular. Las grandes competiciones atraen a miles de fanáticos en el país y en el extranjero. Para muchos japoneses, el sumo es un símbolo de identidad nacional que perdura a pesar de las modernizaciones.

Los rikishi no solo destacan por su fuerza, sino que también son admirados por artistas y escritores, quienes ven en ellos una representación de la lucha por la excelencia, la perseverancia y el respeto a las tradiciones.

Hoy en día, el sumo enfrenta desafíos. Menos jóvenes se sienten atraídos por la vida de un rikishi, y otros deportes están ganando popularidad. Sin embargo, gracias a su profundo vínculo con la cultura japonesa, el sumo sigue siendo una disciplina con un futuro lleno de esperanza.

El sumo es mucho más que un deporte. Es un puente hacia la historia y valores de Japón, una tradición que sigue inspirando y conectando a personas dentro y fuera del país.