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LOS PADRES QUE CRÍAN NIÑOS MENTALMENTE FUERTES USAN ESTAS 10 FRASES

Todos los padres sueñan con criar a un niño feliz que esté preparado para alcanzar su máximo potencial

16 diciembre, 2024
AC --
Por AC --
Todos los padres sueñan con criar a un niño feliz que esté preparado para alcanzar su máximo potencial.
Todos los padres sueñan con criar a un niño feliz que esté preparado para alcanzar su máximo potencial.

Todos los padres sueñan con criar a un niño feliz que esté preparado para alcanzar su máximo potencial. 
No importa cuán inteligente o atlético sea tu hijo, tendrá dificultades para alcanzar sus metas si carece de fortaleza mental.

Criar niños mentalmente fuertes no se trata de decirles que “se endurezcan”, se trata de equiparlos con las habilidades para enfrentar desafíos, manejar sus emociones y creer en sí mismos.

Puedes ayudar a desarrollar su fortaleza mental con las palabras que elijas. 
Hay frases simples pero poderosas que puedes usar para estimular la resiliencia, la inteligencia emocional y las habilidades para resolver problemas. 
Incorporar estas 10 afirmaciones y preguntas en la vida cotidiana crea un entorno en el que los niños pueden aprender, fallar y crecer sin graves problemas.

Porque lo que dices realmente importa, y las pequeñas palabras pueden generar grandes transformaciones.

1. ¿Qué le dirías a tu amigo que tuviera ese problema?

Un niño que se siente molesto es probable que se enfrasque en un diálogo interno negativo. 
Cuando dice cosas como “Nunca aprobaré matemáticas”, es tentador tranquilizarlo. 
Pero si lo hacemos, aprende a depender de nosotros para replantear sus pensamientos negativos.

Puedes enseñarle a replantear sus propios pensamientos. 
Cuando piensan en cómo consolarían a un amigo con palabras amables, su perspectiva cambia y aprenden a hablarse a sí mismos con autocompasión.

Tratar a los niños como adultos los hace madurar y se sienten más valorados.

2. Tiene sentido que te sientas así

La validación es poderosa. 
Cuando reconoces y empatizas con los sentimientos de tu hijo, se siente visto y comprendido. 
No se preocupa por estar equivocado o por sentirse de cierta manera. 
Validar sus sentimientos también genera confianza y puede hacerlo más abierto a compartir sus luchas contigo.

Decir esto les enseña a los niños que sus emociones son válidas, incluso si pueden ser un poco desproporcionadas.

3. Está bien sentirse molesto, pero no está bien actuar de mal modo

Es importante que los niños sepan que existe una diferencia entre sentimientos y comportamientos. 
Esta frase valida las emociones de tu hijo al tiempo que establece límites en torno al comportamiento.

Les muestra que los sentimientos como la ira o la tristeza son normales, pero no está bien perturbar o herir a los demás o a sí mismo. 
Puedes aprovechar la oportunidad para enseñarles formas alternativas de afrontarlos, como respirar profundamente o hablar sobre sus sentimientos.

Controlar la forma en que se expresan las emociones es una habilidad clave que necesitarán para afrontar los inevitables altibajos de la vida.

4. Resolvamos esto juntos

Cuando tu hijo está frustrado o tiene dificultades, tu reacción natural puede ser intervenir y solucionar las cosas. 
Pero es esencial que los niños aprendan habilidades para resolver sus problemas.

Cuando les ofreces trabajar juntos en un problema, les aseguras que no tienen que atravesar las dificultades solos y les muestras un enfoque útil.

Se benefician al ver que hay muchas maneras de resolver el mismo problema y ganan confianza en su capacidad para tomar buenas decisiones.

5. ¡Espero que estés orgulloso de ti mismo por trabajar tan duro!

Reconocer el esfuerzo, además de solo los resultados, enseña a los niños a valorar la perseverancia por encima de la perfección. 
Si solo los elogia por obtener buenas calificaciones, por ejemplo, es posible que piensen que las calificaciones en su boletín de calificaciones importan más que la honestidad o la integridad.

Cuando usas esa frase, les mostrarás que pueden estar orgullosos de sí mismos sin buscar siempre la validación externa. 
Cuando los niños se sienten bien por su esfuerzo, aprenden a motivarse y a ser resilientes frente a los contratiempos.

6. ¿En qué cosas fuiste lo suficientemente valiente como para fallar?

Con demasiada frecuencia, el fracaso se considera algo a lo que temer, pero los niños resilientes comprenden que es parte del crecimiento. 
Esta pregunta replantea el fracaso como una señal de coraje.

Hablar abiertamente sobre el fracaso alienta a los niños a probar cosas nuevas, salir de su zona de confort y generar confianza a partir de sus esfuerzos, independientemente del resultado.

7. ¿Qué podemos aprender de esto?

Cuando algo sale mal, es fácil que los niños se centren en lo negativo. 
Esta frase cambia el enfoque hacia el crecimiento y el aprendizaje.

Les enseña a ver los contratiempos como oportunidades de mejora y los ayuda a desarrollar una mentalidad de curiosidad en lugar de autocrítica.

8. ¿Necesitas resolver el problema o lidiar con lo que sientes sobre el problema?

Esta pregunta introduce una distinción importante entre los desafíos externos y las reacciones internas. 
Por ejemplo, digamos que tu hijo está ansioso por un problema de matemáticas difícil y, por lo tanto, quiere saltarse la tarea. 
Permitirle evitar las matemáticas puede reducir su ansiedad por ahora, pero puede generar problemas a largo plazo.

Sería mejor ayudarlo a reconocer que está nervioso por equivocarse en el problema, y podemos afrontar los sentimientos en lugar de evitar el problema.
Enseñar a los niños a identificar si el problema radica en su situación o en sus sentimientos les permite controlar mejor sus respuestas. 
También les ayuda a reconocer cuándo cambiar su mentalidad en comparación con las circunstancias.

9. ¿Cuál es la excepción a esa idea?

Los niños suelen pensar en términos absolutos, como “No soy inteligente” o “Nadie me quiere”. 
Esta pregunta les ayuda a cuestionar y reformular esas creencias centrándose en las excepciones.

Tu hijo recordará que hay momentos en los que esos pensamientos no son ciertos y desarrollará una perspectiva más flexible y realista sobre sí mismo y el mundo.

10. Hablemos de lo que agradecemos hoy

La gratitud es una herramienta comprobada para aumentar el bienestar. 
Al convertirla en un hábito diario, enseña a los niños a centrarse en los aspectos positivos de sus vidas, incluso en tiempos difíciles.

La gratitud les enseña a los niños que tienen suficiente. 
Los ayuda a desarrollar resiliencia emocional y los capacita para buscar lo bueno en el mundo.

Amy Morin es psicoterapeuta, trabajadora social clínica e instructora en la Universidad Northeastern.
Es autora de varios libros, entre ellos “13 Things Strong Kids Do: Think Big, Feel Good, Act Brave” y “13 Things Mentally Strong Parents Don’t Do”.
Su charla TEDx “The Secret of Becoming Mentally Strong” es una de las charlas más vistas de todos los tiempos.
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