Paul Krugman

Donald Trump lo dijo claramente: algunos inmigrantes “no son personas”.Bueno, en mi opinión, son personas. 

Todavía diría eso incluso si la ola de delitos migratorios que Trump y sus aliados insisten fuera real y no producto de su imaginación (de hecho, los delitos violentos han estado cayendo en picado en muchas ciudades). 

Y lo diría incluso si no hubiera evidencia creciente de que la inmigración está ayudando a la economía estadounidense; de hecho, puede ser una razón importante de nuestro sorprendente éxito económico.

Pues resulta que hay mucha evidencia en ese sentido.

Cuando llegó el Covid, había preocupaciones generalizadas de que pudiera provocar “cicatrices” económicas a largo plazo. 

Millones de trabajadores fueron despedidos.

¿Cuántos de ellos abandonarían la fuerza laboral permanentemente o perderían habilidades valiosas? Cayeron las inversiones y la creación de nuevas empresas. Parecía plausible que incluso después de haber dejado atrás lo peor de la pandemia, Estados Unidos tendría una fuerza laboral más pequeña y menos productiva de lo que se esperaba anteriormente.

Nada de eso sucedió. 

Si comparamos el estado actual de la economía estadounidense con las proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso realizadas justo antes de la pandemia, encontramos que el PIB real ha aumentado alrededor de un punto porcentual más de lo esperado, mientras que el empleo supera su nivel proyectado en 2.9 millones de trabajadores.

¿Cómo hicimos eso? Los trabajadores y las empresas estadounidenses resultaron ser más resilientes y adaptables de lo que se creía. 

Además, nuestras autoridades no cometieron los errores que siguieron a la crisis financiera de 2008, cuando a un estímulo fiscal insuficientemente potente le siguió un giro prematuro hacia la austeridad que retrasó una recuperación durante muchos años.

En cambio, la administración Biden hizo un gran gasto, lo que probablemente contribuyó a un estallido temporal de la inflación, pero también ayudó a asegurar una rápida recuperación, y en este punto la inflación se ha desvanecido en gran medida mientras la recuperación persiste.

Más allá de eso, el mismo aumento de la inmigración que tanto molesta a los nativistas ha desempeñado un papel importante en el aumento del potencial de la economía.

La oficina de presupuesto recientemente mejoró sus proyecciones económicas a mediano plazo, en gran parte porque cree que una mayor inmigración aumentará la fuerza laboral.

Se estima que el aumento de la inmigración agregará aproximadamente un 2 por ciento al PIB real para 2034.

¿Pero los inmigrantes están quitando empleos a los estadounidenses nativos?

 No. 

Un análisis reciente de Goldman Sachs no muestra ningún aumento en el desempleo de los nativos durante el aumento de la inmigración. Muestra un aumento del desempleo de los nacidos en el extranjero, tema al que volveré más adelante. 

Pero por ahora señalemos simplemente que no hay pruebas fehacientes de que los inmigrantes estén quitando empleos a los trabajadores nacidos en Estados Unidos.

Aun así, ¿la inmigración no presiona a la baja los salarios? 

Eso suena como si pudiera ser cierto; en particular, se podría pensar que los inmigrantes con relativamente poca educación formal compiten con los trabajadores nativos menos educados.

 Yo mismo solía creer esto.

Pero muchos (aunque no todos) estudios académicos encuentran que la inmigración tiene poco efecto sobre los salarios de los trabajadores nativos, incluso cuando esos trabajadores tienen niveles educativos similares. 

En lugar de ser sustitutos de los trabajadores nativos, los inmigrantes a menudo parecen complementarlos, aportando diferentes habilidades y concentrándose en diferentes ocupaciones.

En cierto modo, el actual aumento de la inmigración, probablemente compuesto principalmente por trabajadores menos educados (especialmente los indocumentados), es un caso de prueba.

 ¿Han disminuido los salarios de los trabajadores con salarios más bajos? 

Por el contrario, lo que hemos visto recientemente es un movimiento sorprendente hacia la igualdad salarial, con grandes avances en la base.

Entonces, en general, la inmigración parece haber sido una gran ventaja para el crecimiento económico de Estados Unidos, entre otras cosas al expandir nuestra capacidad productiva de una manera que redujo el impacto inflacionario de los programas de gasto de Biden.

También es importante darse cuenta de que la inmigración, si continúa, ayudará a pagar la Seguridad Social y Medicare. 

Se espera que el 91% de los inmigrantes adultos entre 2022 y 2034 tengan menos de 55 años, en comparación con el 62% de la población general. 

Eso significa que un número sustancial de trabajadores adicionales cotizarán al sistema sin cobrar beneficios de jubilación durante muchos años.

El desempleo es mucho menor entre los inmigrantes que han estado aquí tres años o más.

Todo el aumento del desempleo se produce entre los trabajadores nacidos en el extranjero, y esto, sugieren, significa que no estamos viendo el tipo de debilitamiento de la demanda de mano de obra que presagia recesiones. 

Lo que estamos viendo en cambio, argumentan, es un aumento en la oferta laboral, y muchos de los nuevos trabajadores tardan algún tiempo en adaptarse. 

La conclusión es que, si bien el sistema de inmigración de Estados Unidos es disfuncional y realmente necesita más recursos (recursos que obtendría si los republicanos, impulsados por Trump, no hubieran dado la espalda a un proyecto de ley que ayudaron a idear), el reciente aumento de la inmigración en realidad ha sido bueno para la economía hasta el momento y nos da motivos para ser más optimistas sobre el futuro.