Pacto de Pelotas: Mujer que Recupera la Paz para su Ciudad

Columna: Reflexiones de un Aspirante a Buen Vecino. Por Miguel Calderón.

¿Has oído hablar del Pacto de Pelotas?. Paula Mascarenhas es una mujer de poco más de 50 años, cumpliendo este próximo febrero 52. Sus estudios universitarios versan sobre artes y literatura, por lo que nunca imaginó, mientras estudiaba, que el destino la llevaría a ser la primera titular mujer del gobierno de una ciudad muy al sur de Brasil llamada Pelotas.

Pelotas es un conglomerado urbano cabecera del municipio del mismo nombre, que está ubicado en el extremo sur del país, a más de 1,800 kilómetros de Río de Janeiro, pero a menos de 2 horas de la frontera con Uruguay. Paula fue electa para un primer período como alcaldesa en 2016 alcanzando el 59% de los votos, pero en una segunda jornada se presentó para su reelección ganando más contundentemente con un 68% de los sufragios.

También puedes leer: Ganar Perdiendo

¿Qué fue lo que elevó su liderazgo y popularidad durante su primer período gubernamental? La premisa más común es que el ejercicio del gobierno desgasta y erosiona por los costos políticos de las acciones y de las reformas. ¿Por qué en este caso sucedió a la inversa?

Quizás la respuesta esté en la planeación y ejecución del Pacto de Pelotas por la Paz.

En 2017, durante el año uno de gestión de Mascarenhas, la tasa de homicidios de su Ciudad, de casi 350 mil pobladores, marcó poco más 30 homicidios por cada 100 mil habitantes. No estaba dentro de la nada honrosa lista de las 50 ciudades más violentas del mundo, pero si estaba muy cerca de pertenecer a ese club. En su última edición de este ranking, Minatitlán en el estado de Veracruz aparece en el lugar 49  con una tasa de 34.67 homicidios por cada cien mil habitantes, para que nos demos una mejor idea.

Esta situación inquietó a Paula y a sus colaboradores por lo que idearon lo que hoy es el principal orgullo de los vecinos y del gobierno, además del Esporte Clube Pelotas, su equipo de soccer profesional: el pacto por la paz.

El Pacto de Pelotas por la Paz está conformado por un conjunto de estrategias que buscan reducir la delincuencia y promover una cultura de paz, a partir de acciones que afecten a la sociedad en su conjunto.

Por ordenanza legal los temas de seguridad pública en Brasil no son de obligación municipal, pero Paula Mascarenhas no titubeo en encabezar la iniciativa a pesar de ello. El miércoles 12 de agosto de 2021, este pacto cumplió cuatro años de existencia y para conmemorar la fecha se realizó un acto en una escuela emblemática.

Puedes leer: Reflexiones de un aspirante a buen vecino resiliente

En su discurso, la alcaldesa explicó que el acto se realizó ahí para mostrar que las escuelas son los grandes centros de prevención de la violencia. En la ocasión, se plantaron flores en el jardín titulado “Vidas que Florecen”. El sitio de construcción lleva el logo de Pacto por la Paz, y el acto representa las 181 vidas preservadas entre agosto de 2017 y julio de este año. Los asesinatos que en 2017 llegaron a 107, este año, hasta junio son 10. Durante la primera mitad de 2021, de enero a junio, se presentaron sólo dos robos.

La egresada de artes, metida ahora en la política, tiene claro que la seguridad pública ya no es responsabilidad exclusiva del gobierno, sino que necesita la participación de la sociedad en su conjunto.

El municipio financió el pacto con recursos propios, gestión ante el gobierno nacional y ayuda de fundaciones internacionales, aumentando el número de guardias municipales en un 40 por ciento, contratando a 80 nuevos funcionarios municipales y un equipo para monitorear y gestionar el pacto.

Pero algo realmente esencial también ha sido el liderazgo de Paula para involucrar en el plan a los vecinos, a los colectivos sociales, a las organizaciones empresariales y a la academia.

Lo realizado en Pelotas en Brasil con el liderazgo de una mujer como Paula es un buen ejemplo para nuestros líderes gubernamentales, pero también para nosotros como vecinos.

Te recomendamos leer: El Baby Shower para Natalia