Richard Branson hace historia al viajar al espacio en su propia nave
Se prevé que los viajes espaciales comerciales se inauguren en el 2022.
Se prevé que los viajes espaciales comerciales se inauguren en el 2022
“Me encantaría ir al espacio. Creo que no puede haber nada mejor. Así que si construyes una nave espacial, me encantaría ir contigo”, respondió Richard Branson en un programa de televisión de 1988. Más de tres décadas después, con 70 años, cumplió su sueño y viajó al espacio en una nave espacial construida por su propia empresa: Virgin Galactic.
El domingo 11 de julio fue un día que pasará a la historia como el posible inicio de la era de los viajes espaciales comerciales. A bordo iban dos pilotos, el propio Branson y otros tres tripulantes; todos ellos empleados de Virgin Galactic.
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La nave, bautizada Unity (Unidad) a sugerencia del físico británico Stephen Hawking, está diseñada para alcanzar una altitud de más de 80 kilómetros, el límite entre la atmósfera y el espacio exterior según la Administración Federal de Aviación de EE UU. Branson se adelantó por nueve días al también multimillonario Jeff Bezos, fundador de Amazon, quien tiene previsto un viaje similar el 20 de julio con su propia empresa de transporte aeroespacial, Blue Origin.
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La nave necesitaba alcanzar el límite entre el espacio y la Tierra, unos 80 km de altura. En este punto, el azul del cielo se vuelve negro, se puede ver la curvatura del planeta y es posible flotar en ingravidez. Después de pasar varios minutos en órbita, VSS Unity aterrizó con éxito en Nuevo México a las 9:38 a.m. hora local.
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De esta manera, los viajes hacia el espacio se inaugurarán en el 2022; con un costo aproximado de 250 mil dólares por vuelo, que incluirá cuatro minutos en gravedad cero.
VSS Unity está diseñado para albergar hasta seis pasajeros junto con los dos pilotos. La compañía tiene alrededor de 600 reservas para vuelos futuros.
La competencia entre ambos magnates es feroz. La empresa de Bezos sugirió este viernes que lo que ofrece Virgin Galactic no son vuelos espaciales, porque no llegan a la llamada línea de Kármán, la altitud de 100 kilómetros considerada la puerta del espacio según los estándares internacionales. “Solo el 4% del planeta reconoce el límite de 80 kilómetros como el comienzo del espacio”, afirmó Blue Origin en sus redes sociales. La nave de Branson requiere un avión nodriza para su lanzamiento, mientras que el aparato de Bezos es un cohete de despegue y aterrizaje vertical, capaz de alcanzar la barrera de los 100 kilómetros, según El País.
Con información de la Revista Muy Interesante y El País.