Naibi aprendió a bailar con el corazón, no con los pies. Agradece a la danza y el pensamiento de los niños para tener una vida optimista y en alegría.

Naibi encontró en la danza y en la educación a los niños el motor que la impulsa para superar los retos. Es bailarina de danza folklórica y maestra de educación preescolar, le gusta representar a Sinaloa en eventos nacionales y le emocionan las culturas nativas de México.

Naibi Yamel Acosta Castillo, tenía 6 años cuando su papá se retiró de casa, recuerda el momento como la situación más difícil que ha enfrentado. Cuenta que tuvo dos años en cursos de pintura, de manualidades, y en terapias psicológicas. Y a los 8 años se encontraba pintando en un curso de verano al interior de la ludoteca, cuando le tocó ver a niñas y jóvenes practicando danza folclórica, y más delante ver la presentación de lo que habían aprendido. Ese evento le cambió la vida.

“Y yo le dije a mamá que yo quería bailar. En ese tiempo una compañera que era mi amiga de la primaria asistía a danza; entonces ella fue la que me invitó y yo fui con ella, y estuve yendo a partir de ahí un año. Y ya pues me gustó mucho y ahorita ya tengo casi 16 años bailando”, afirma con optimismo.

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Sentada en la sala de su casa en la colonia Popular de Villa Juárez nos cuenta lo que ha llego a representar para ella la danza. “La danza para mí es todo, es lo que me gusta hacer. Para mí representa la cultura, el amor hacia México. Aunque no estoy en ese lugar, pero puedo sentir a través de los bailes como son las personas en ese lugar, sus vestuarios, sus culturas, tradiciones”.

Ahora que es profesional de la danza folclórica pertenece a dos agrupaciones donde sigue aprendiendo, porque México es un país muy diverso en sus manifestaciones de danza nativa.

Gracias a la danza ha llevado la representación de Sinaloa en festivales de: la Ciudad de México, Hermosillo, chihuahua, Guanajuato, Guadalajara y tabasco. Y Al interior de Sinaloa ha estado en: Culiacán, Los Mochis, Guasave, Mazatlán y Cosalá.

Por la alta migración de trabajadores del campo, Villa Juárez, Navolato, es el lugar más multicultural o poliétnico que tiene el estado de Sinaloa, con más de 20 culturas nativas del centro, sureste y norte del país representadas. En los festivales, cuando Naibi hace sus danzas siente una gran conexión con las personas de esos lugares que la miran.

“Si llega el punto que a veces cuando estoy bailando algo, hasta las lágrimas se me empiezan a salir. Y digo yo lo tengo que hacer bien por las personas me están viendo. Y yo no sé si ellos sienten bonito al ver o escuchar las canciones de su tierra, así es que vamos a bailar con el corazón y no con los pies” afirma emocionada.

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Con el impulso de Alicia Castillo, su mamá, Naibi participó desde niña en certámenes de belleza. Ha representado a Villa Juárez como reina de Las Fiestas Patrias; y ha concursado para reina del carnaval de Navolato, en un episodio de vida que dice, ya dejó atrás.

Naibi Yamel Acosta Castillo profesionalmente es educadora de preescolar. Estudió en la Escuela Normal de Sinaloa, y tuvo su primera experiencia de educadora en un jardín de niños de Villa Juárez, donde redescubrió su vocación. “Y dije yo me quiero quedar aquí, porque es muy bonito, la inocencia de los niños, la forma de ver la vida que tienen, como que te atrapan.

Si tú dices me voy a ahogar en este vaso de agua. El niño te dice no, porque puedes nadar, porque el agua se va a bajar. Es como que te hacen ver la vida de su forma. Y te acuerdas de tu infancia y todo. Es muy bonito trabajar con los niños de preescolar”.

Ahora Naibi es educadora en la ciudad de Culiacán, todos los días se carga de la vitalidad y entusiasmo de los niños, y por las tardes sigue practicando y aprendiendo la danza folclórica, su otra razón de ser.

Tiene agrado de vivir en Villa Juárez, lo considera: “un lugar de mucha cultura, es un lugar de mucha gente luchona, porque es gente que día con día se levanta a trabajar. Que no se rinde, que siempre busca oportunidades de trabajar para progresar, gente alegre, gente que siempre está para apoyar. Cuando uno lo necesita te apoyan, gente trabajadora, humilde más que nada, con buen corazón”.

En Villa Juárez, Naibi es un ejemplo de resiliencia, que encara la vida zapateando una polka, ondeando el vestido, o educando niños. Son su alegría de vivir.

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