Para algunos, la viralidad es una obsesión. Hay quienes piensan que lo más importante es que se difunda un artículo sin importar su contenido. Nada más alejado de la realidad.

La viralidad es casi una obsesión. O peor, se toma como medida de valor. Se piensa que, si el mensaje no se difunde masivamente de manera descontrolada, no sirvió la estrategia de visibilidad o el contenido. O ambos.

Y ahí sí, cada quién. Se vale aspirar a ser masivo. Pero la viralidad no es medida de valor ni de efectividad. Es lo que es, un fenómeno de alcance extraordinario con dosis de espontaneidad y alineación de los astros.

“Los humanos pensamos más en relatos que en hechos, números o ecuaciones, y cuanto más sencillo es el relato, mejor”, dice le historiador Yuval Harari.

Así que mejor ocúpate de lo que sí está en tu control. El relato y la novedad constante te ayudarán a crear audiencias de calidad y a fidelizarlas con temas que generen opinión, sean útiles y, por qué no, que de vez en vez rompan con el statu quo.

Recomendaciones para tener una comunidad comprometida

• Todos tenemos algo que contar, lo importante es cómo lo contamos.

Los datos, la verdad, la utilidad “venden” en tu nicho de audiencia, porque puedes ser una referencia de información. Haz una buena historia con la información que manejas.

• En tu área eres un experto.

Dale a tu audiencia perspectiva, interpretación, contexto y análisis.

• Cuenta historias.

Las historias deben ser de verdad, alentadoras, por ejemplo, presenta a tu audiencia las historias de tus colaboradores o empTleados.

• Medir solamente el alcance de tus mensajes es una métrica de vanidad.

Es como decir que 100 mil personas pasaron frente a tu negocio en un día. Mejor mide el consumo, cuántas personas regresan y renavegan en tu sitio.

• Publica relatos con novedad y constancia.

La novedad frecuente acostumbrará a tu audiencia a esperar tu información. La constancia te ayuda a construir comunidad. Y tener un proceso editorial te da disciplina.

Con información de Tehwa

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