La fundación de Culiacán se remota a tiempos de Nuño Beltrán de Guzmán
Por: Juan Francisco Sotomayor
Algunos fundadores de Culiacán tuvieron una residencia efímera al irse tras nuevas aventuras en busca de oro y plata. En este tiempo se registran desencuentros por falta de mano de obra, hambre y supremacía.
(TBN) Los relatos encontrados en la historia de la conquista refieren algunos nombres de aventureros que, a la cabeza con Nuño Beltrán de Guzmán, fundaron en 1531 la Villa de San Miguel de Navito, originalmente establecida en la ribera del río Ciguatlán (hoy San Lorenzo) y luego trasladada a lo que hoy es Culiacán.
Remitiéndonos a la lista de Jesús Amaya Topete (Conquista y Poblazon de Sinaloa, Estudios Históricos de Sinaloa) y a la relación que diligentemente publicó José María Figueroa Díaz, aquí los nombres de algunos de los ibéricos referidos originalmente por el sacerdote y cronista Fray Antonio Tello.
Don Pedro de Tovar, caballero leonés de alta nobleza española, hijo de don Hernando Tovar, cazador mayor de la reina Juana la Loca. En 1540 acompañó a Vázquez Coronado, como Alférez de campo en su aventura en la búsqueda de las fantasiosas ciudades de oro (nunca encontradas) de Cíbola y Quivira.
Por si no lo sabías:
Regresó y se estableció en Culiacán en donde le dieron la encomienda de Melchor Díaz. Aquí se hallaba en 1564 cuando llegó Francisco de Ibarra a quien mucho ayudó. Con Francisca de Guzmán procreó los hijos Fernando y Juan. Don Pedro e Tovar fue alcalde mayor de la provincia en 1586.
Esteban Martín, sevillano, se ausentó de la villa cuando el justicia mayor, Cristobal de Tapia, pretendió obligarlo a cultivar la tierra.
Diego López, y su hijo homónimo, de Sevilla, que también acompañó a Vázquez de Coronado a Cíbola, regresando salvos a Culiacán.
Cristobal Tapia, originario de Trujillo, fue Justicia Mayor de San Miguel de Culiacán a partir de 1536, en sustitución de Diego Hernández de Proaño, de quien se dijo, obligaba a los españoles a cultivar la tierra.
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Lázaro de Cebreros, avileño, junto con Diego de Alcaraz fue enviado en 1531 por Peralmindez Chirinos, Lugarteniente de Nuño de Guzmán, a descubrir el norte, llegando hasta el río Yaqui. De regreso participaron en la fundación de San Miguel de Navito. Quedó como pacificador de la provincia de Culiacán hasta su muerte. Tres hijos de su matrimonio con Lucía Muñoz vivían en Culiacán en 1582.
Sebastián de Évora, portugués, descubrió en 1532 el río Mocorito, hoy conocido como río Évora. tuvo encomendada la región de Petatlán, que también tomó su nombre. En 1564, casado y con hijos, abandonó su tierra adoptiva para irse a Zacatula.
Diego Hernández de Proaño, originario de Málaga, vino como veedor de Nuño Beltrán. En 1534 fue el primer alcalde mayor de Culiacán, pero siendo tan cruel Nuño se vio obligado a enjuiciarlo, sentenciado a muerte lo enviaron a México, donde en 1536 lo declaró libre su tío Don Diego de Proaño.
Juan de la Bastida, genovés o guadalajarense. Acompañó a Vázquez de Coronado a Cíbola. Fue muy valiente y tuvo encomiendas. Actuó como lugarteniente de gobernador y capitán general de Culiacán.
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Diego de Guzmán, llamado El Caballero, a quien su pariente y jefe Nuño de Guzmán dejó en San Miguel de Culiacán. En 1533 recorrió la región del Petatalán (hoy río Sinaloa) en son de guerra. Sirvió a Francisco de Ibarra participando en el repoblamiento de la región.
Br. Álvaro Gutiérrez, designado por Nuño de Guzmán Cura de San Miguel de Navito, en 1532.
Diego de Mendoza, de Granada, quien perdió un brazo en la conquista de Cuba y Nueva España. Fue a Cíbola en 1540, e intervino en la fundación definitiva de Guadalajara en 1542.
Melchor Díaz, a quien Nuño de Guzmán nombró en 1532 justicia mayor de San Miguel de Navito. En 1536 era alcalde mayor de Culiacán, donde tuvo encomiendas. Se fue en 1540 con Vázquez de Coronado a Cíbola y en esa aventura murió accidentalmente.
En la relación de otros fundadores de la villa de San Miguel de Culiacán se mencionan a Fernán Cordero, de Castilla la Vieja; Juan dela Curva, ubedense, al que Nuño Beltrán dejó en Chametla al regresar a México.
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Se menciona a Hernando de Escalante, sevillano, Francisco Maldonado Bravo, salmantino. Alonso Mexia, de Sevilla. Juan de Soto, Juan de Quintanilla, y Diego Torres, señor de Sabata. Se menciona a Juan de la Barca, “el que se ahorcó”; Juan de Alcaraz, Juan de Baeza, y Álvaro de Arroyo, montañés.
Figuran también: Juan Árias Hidalgo, de Plasencia; Pedro Garnica, vizcaíno; Pedro Álvarez, de Castilla la vieja, que luego de la fundación de Culiacán se fue a Michoacán. Alonso Rodríguez, originario de Coria, se fue a Compostela, pero regresó a Culiacán; Juan Vyzcaíno; Pedro de Armentía (Armenta o Armienta).
En la lista también Alonso de Ávila, Juan de Medina y Juan Muñoz (este último al parecer, el mismo que en 1540 se enroló en la expedición de Vázquez de Coronado a Cíbola.
Escaparon otros nombres a la precisión de cronistas, se cree que no estuvieron en la Fundación de San Miguel de Navito, por encontrarse en otros viajes. Entre ellos: Pedro Almindez o Peralmindez Chirinos, lugarteniente de Nuño Beltrán, “que de Culhuacan siguió en 1531 hacia el norte”, el de Diego de Alcaraz que acompañó a Lázaro Cebreros.
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Pedro Carranza, “se enroló en 1529, con Nuño de Guzmán para la conquista de la Nueva Galicia y llegó hasta Sinaloa. Escribió en 1531 una relación de los sucesos durante la expedición”. Antonio Díaz Benavente Maldonado, “conquistador de Nueva Galicia”.
Lopez de Samaniego, “que en 1529 a 1531 anduvo con Nuño de Guzmán como maese de campo y en los descubrimientos hasta el río Petatlán”; Juan de Sámano, capitán de emergencia con Nuño Beltrán. “Participó en la batalla de Culhuacan y escribió una relación de esta campaña”.
Gonzalo López, “también maese de campo, que exploró y escribió valiosa relación”.
Francisco Flores aparece en las crónicas de la conquista de las Californias como el que llevó víveres a Hernán Cortés en la costa de Altata en 1535 al encontrarse una nave en naufragio. Según la crónica Francisco Flores “todavía estaba en Culiacán el año siguiente, cuando pasaron hacia México los supervivientes de la gente de Narvaez en Florida”.
A diferencia de las crónicas de otros estados, en la fundación de Culiacán, se refieren pocos nombres de mujeres, y quizá se haya excluido también la servidumbre, si la hubiere.
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Imagen: 4.bp.blogspot.com // Archivo Histórico del Estado de Sinaloa