Es un trabajo colaborativo de padre a hijo(a) en los sonidos de la naturaleza con alegres competencias y recreación.
Por: Juan Francisco Sotomayor
Es un trabajo colaborativo de padre a hijo(a) en los sonidos de la naturaleza con alegres competencias y recreación
Eres de los que te gusta el campismo, pero no sabes dónde ni cómo hacerlo. Pues en Sinaloa existen diversos organizadores que te harán pasar un fin de semana inolvidable. Hoy te presentamos actividades del equipo Wall Rock, Escuela de aventura, que organiza el campamento Papá-hijo en playas de Celestino Gasca, municipio de Elota.
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Estos campamentos son en la modalidad papá-hijo e hija (solo papás, no asiste ninguna mamá), son campamentos formativos que involucran a niñas y niños de grupos escolares de primaria en plena convivencia con el papá.
Érica López Sotomayor, coordinadora general de campamentos nos platica que Wall Rock fomenta la convivencia del jefe de familia con los hijos para unificar y estrechar lazos entre la comunidad de padres de familia de las diferentes escuelas de nivel básico con las que trabajan.
Cada dinámica está enfocada en apoyar el trabajo colaborativo entre padre e hijo (a), en que los niños y las niñas sientan la protección de su papá al ponerlos frente a situaciones tan sencillas y a la vez tan retadoras como una caminata nocturna sin linterna y en silencio.
En esta experiencia los pequeñines fortalecen todos los sentidos, apreciando los sonidos de la naturaleza (en el campamento de playas de Celestino Gasca predominó el sonido de las olas, las aves y el olor del mar)
Esta experiencia también la llevan a ambientes de selva, donde perciben los sonidos de la fauna del ambiente selvático con campamentos en Cosalá. Y otras veces en el bosque de pinos de la sierra de Durango.
La coordinadora de estos campamentos precisa que “En este tipo de experiencias en la obscuridad, el menor se sujeta y se aferra con confianza y seguridad de la mano de la persona que más los va a proteger siempre: papá”.
Afirma que son experiencias retadoras, diferentes, donde chicos y grandes se vencen a sí mismos, practican tiro con arco, lanzamiento de hachas, construyen catapultas gigantes, hacen rapel, dependiendo del lugar, escalan. Todo siempre, en equipo papá-hijo.
Comenta que el entretenimiento es seguro, porque no se trata de competencias, sino de atreverse y poder realizar todas las actividades, siempre juntos.
Se trabaja por grados escolares o edades y el papá va a cada campamento con el niño o la hija en turno, de tal manera que es un fin de semana al año disfrutando a papá todo el día y en sobriedad.
¿Te atreverías a vivir una experiencia así? Si le preguntas a tu niño o a tu niña es seguro que sí quiere.