Una justicia restaurativa que busca la reinserción del encarcelado a la comunidad y el cambio de perspectiva de la sociedad.
Por: Kenia Meza
Una justicia restaurativa que busca la reinserción del encarcelado a la comunidad y el cambio de perspectiva de la sociedad
El aislamiento y la violencia propiciada en el ambiente carcelario es una forma de inhumanidad que no debemos permitir. Y para cambiar el contexto de las prisiones, nos podemos basar en el pensamiento, enfoque y el diseño que reflexionaremos en este artículo.
Alrededor de 188 mil personas se encuentran privadas de la libertad en México, y aproximadamente 6 mil encarcelados hay en Sinaloa, según el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2017, ¿te has preguntado cómo podría mejorar su vida dentro de la cárcel o al salir de ella?
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Es de conocimiento público que algunos reos se encuentran encarcelados por razones que son falsas o porque no fueron comprobados los hechos en su totalidad. A su vez, existen personas que para sobrevivir o cubrir las necesidades de su familia, sucumbieron a la trampa del territorio ilegal en contra de todos sus mejores esfuerzos.
Para ayudar a este tipo de reos, surgen los abolicionistas quienes buscan revelar los problemas fundamentales del sistema penitenciario y encontrar el valor para imaginar una estructura diferente, basada en la restauración y la curación, que rompa el esquema en beneficio a la calidad humana.
De esta manera, el enfoque de los abolicionistas adopta una forma única: en lugar de comenzar con un castigo, se empieza con cuidados a través del rediseño para la rehabilitación, una justicia restaurativa y con reformas en delitos menores.
Rediseño para rehabilitación
¿Qué pasaría si se tuviera un sistema diseñado para rehabilitar a los presos? En esta perspectiva, la restricción de la libertad personal es el castigo y no la obstrucción de otros derechos humanos.
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De esta manera, la vida dentro de la prisión podría parecerse a la mejor versión de la vida fuera de la cárcel, y los presos deberían cumplir su condena al nivel de seguridad más bajo posible.
La mejor versión de la persona se va construyendo al grado de alcanzar un reingreso exitoso a la sociedad desde el primer día que ingresa a cualquier tipo de detención o programa obligatorio. Esto asegura una oportunidad de poder regresar a la sociedad como buenos ciudadanos.
Por tanto, las personas encarceladas deben avanzar de unidades de mayor seguridad a instalaciones de menor seguridad, a través de casas de transición, siempre que sea posible, y a la supervisión comunitaria. Para lograrlo, los procesos deben ser transparentes para el reo y la experiencia debe ser una colaboración reflexiva entre la comunidad y el individuo encarcelado.
¿Y cómo cambiarían las medidas de seguridad física (cámaras y muros)? El personal a cargo debe conocer a la persona bajo su cuidado para que pueda entablar relaciones profesionales positivas basadas en la firmeza y la justicia, y así conseguir una reintegración exitosa en la comunidad.
Además, el castigo real es la pérdida de libertad. Por lo que la atención médica, privacidad, comida y agua, son derechos del reo simplemente por tratarse de una persona. A su vez, los individuos deben tener contacto normal con miembros y organizaciones de la comunidad a fin de facilitar los servicios posteriores a la liberación y la percepción comunitaria de las personas encarceladas.
Lo anteriormente mencionado podría parecer una utopía, sin embargo los centros penitenciarios en Noruega han seguido este camino desde el año 1968, mediante la justicia restaurativa y la rehabilitación para que el delincuente pueda volver a ser un miembro funcional de la sociedad. Esto ha dado como resultado que este país tenga una de las tasas de criminalidad y reinicidencia más bajas del mundo.
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Justicia restaurativa vs justicia punitiva
La justicia restaurativa se centra en la relación entre el delincuente y la víctima, con el objetivo de satisfacer las necesidades de los sobrevivientes a través de la reparación de daños e incorporación de círculos de restauración.
En la actualidad, tribunales de menores como el Centro de Justicia Comunitario Red Hook, el Centro de Justicia de Harlem y el Proyecto de Justicia Restaurativa de Impact Justice, están basados en este enfoque.
Reformas en delitos menores
Los delitos menores varían desde multas de estacionamiento sin pagar hasta el asalto de tercer grado. Pero, enfrentar la pena de cárcel por no poder pagar una multa por exceso de velocidad o cruzar imprudentemente no es justo.
Con lo anterior no buscamos sugerir la eliminación de las sanciones por delitos menores, sino hacer cumplir las consecuencias apropiadas para los delitos en lugar de castigos desproporcionados.
Arrestos por violaciones de la libertad condicional
Eliminar las violaciones de la libertad condicional contribuiría en gran medida a mantener a las personas fuera de las prisiones y cárceles que no pertenecen a este lugar.
Sal de los muros de la prisión
El objetivo radica en remodelar la sociedad en su conjunto. Por ende, la criminalizar la pobreza mediante multas severas y regulación de la deuda; criminalizar la adicción a través de las leyes sobre drogas; o criminalizar la falta de vivienda al realizar barridos de personas que duermen en parques, no son las verdaderas enfermedades. Esta es una de las diferencias clave entre reforma y abolicionismo: la primera maneja el dolor, y la segunda se ocupa de la fuente real del dolor.
Para concluir, te invitamos a desarrollar una visión del futuro y no centrarte en los problemas ocasionados por la pandemia, sino en encontrar soluciones que satisfagan necesidades vitales como educación, salud, vivienda, para que las personas puedan obtener una vida con plenitud, sin una prisión a la vista.
Artículo original en Fast Company.