Juan Carlos Quiñones quedó bien con las drogas y arruinó su vida

“Este es un infierno tan grande y un sufrimiento tan grande, que cuando se da uno cuenta de la enfermedad voltea alrededor y se da cuenta que no tiene nada. Pierde amigos, pierde voluntad, pierde todo. Se degrada uno como persona de tal manera y tan grande que uno muchas veces no se da cuenta (...) Lo único que se hace al consumir es destruirse, destruyéndose uno mismo”, expresó Juan Carlos Quiñones.

Por: Kenia Meza

La historia comienza en una reunión entre amigos. Risas y aventuras son el furor del ambiente y con unas ‘cervecitas’ se brinda por el momento. Hasta que alguien saca una bolsa de droga, y por quedar bien con los presentes, en lugar de respetarse así mismo, Juan Carlos Quiñones perdió todo.

“Este es un infierno tan grande y un sufrimiento tan grande, que cuando se da uno cuenta de la enfermedad voltea alrededor y se da cuenta que no tiene nada. Pierde amigos, pierde voluntad, pierde todo. Se degrada uno como persona de tal manera y tan grande que uno muchas veces no se da cuenta (...) Lo único que se hace al consumir es destruirse, destruyéndose uno mismo”, expresó Juan Carlos Quiñones.

“¿No pasa nada?” se pregunta la asociación Malala Academia en relación a los efectos de las drogas en los jóvenes, en sus familias y en su ciudad. Y para mostrar la realidad de este mundo, nos comparte el tercer testimonial de la serie.

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Con esta campaña de prevención, Malala Academia busca generar conciencia sobre el consumo de drogas, el daño que provoca, y todo lo que pierden las víctimas de las drogas.

De esta manera, exhorta a la sociedad, medios de comunicación e instituciones a sumarse para disminuir los niveles de drogadicción en México. Y tú, ¿crees que “No Pasa Nada”?.

Hoy Juan Carlos tiene la oportunidad de recuperarse. En este tiempo de sobriedad ha acariciado la idea de ser un abuelo ejemplar, vive los días añorando las tropelías de los nietos, construyendo nuevas historias y sepultando un pasado vergonzoso que no quiere para nadie más. Es tiempo de advertencia y estabilización.