Y a sus 39 años, se cuestiona “¿cuándo iré yo a estar bien?”. Un deseo de una persona dañada que quiere dejar su pasado atrás para demostrarse así mismo, que puede lograrlo. Tras la reja llora en silencio añorando el tiempo de la libertad a la vida. Esperando el día que las drogas le liberen el cuerpo, porque de la prisión no puede. No por ahora.
Por: Kenia Meza
10 caídas en prisión y 20 caídas a un consejo tutelar dieron como resultado que Carlos Rivas pasara la mayor parte de su vida en prisión. Las drogas fueron la razón. Con 39 años de edad, este hombre relata lo que es andar de ‘trampa’ en los trenes mientras se consume narcóticos.
“El no poder llegar a la casa porque les había robado fue una de las cosas que a mi me dolió bastante. Creo que eso me duele todavía ¿verdad? Haber despojado de las cosas materiales de la familia (...) Les hice un daño (...) Las drogas eran las que me tenían atrapado, que no era yo”, confesó Carlos Rivas.
“¿No pasa nada?” se pregunta la asociación Malala Academia en relación a los efectos de las drogas en los jóvenes, en sus familias y en su ciudad. Y para mostrar la realidad de este mundo, nos comparte el testimonial número doce de la serie.
Conoce su historia completa:
Con esta campaña de prevención, Malala Academia busca generar conciencia sobre el consumo de drogas, el daño que provoca, y todo lo que pierden las víctimas de las drogas.
De esta manera, exhorta a la sociedad, medios de comunicación e instituciones a sumarse para disminuir los niveles de drogadicción en México. Y tú, ¿crees que “No Pasa Nada”?.
Carlos aún no conoce ni experimenta lo que es la libertad, puesto que las drogas lo único que le han permitido es despedirse de sus compañeros y vivir la penosa experiencia de ver como personas en los trenes tiran a otros fuera de los vagones.
Y a sus 39 años, se cuestiona “¿cuándo iré yo a estar bien?”. Un deseo de una persona dañada que quiere dejar su pasado atrás para demostrarse así mismo, que puede lograrlo. Tras la reja llora en silencio añorando el tiempo de la libertad a la vida. Esperando el día que las drogas le liberen el cuerpo, porque de la prisión no puede. No por ahora.