Asumir la responsabilidad de convertirnos en los “moonbirds” de todas estas especies no es una mala idea. Quizá no lleguemos a la luna como este famoso rufa, pero con acciones a favor de estas aves mantendremos la posibilidad de conservar nuestra misma especie, o la tierra, y eso es más factible.
Por: Dr. Xicoténcatl Vega Picos
Dr. Xicoténcatl Vega Picos | Letras sustentables
El Playero Rojizo (Calidris canutus) es una especie del grupo de las aves playeras que se caracteriza por sus largas travesías migratorias anuales. En el continente americano se encuentran dos de las seis subespecies. La subespecie rufa realiza sus periplos migratorios por el lado del Atlántico, sale de sus sitios de reproducción en Canadá para volar hasta Tierra del Fuego, en Argentina en donde inverna.
La otra subespecie es la roselaari, la cual tiene tres poblaciones definidas por sus sitios de reproducción e hibernación, la primera es una que se reproduce en Alaska, y las islas Wrangel, estas son las que invernan en el noroeste de México y es posible que crucen hasta el Golfo de México.
La otra población es la que inverna en Florida, Georgia y Carolina del Surm, pero que probablemente se reproduzca en Alaska y la parte del oeste del Ártico de Canadá. La última población también se reproduce en la misma zona que la anterior pero inverna en la parte de la costa norte-centro de Brasil, conocida como Maranhão.
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Las otras cuatro subespecies (islandica, canutus, piersmai y rogersi) están distribuidas entre lo más al norte de Groenlandia, Europa y Rusia, vuelan tan al sur como Australia, la India, Sudáfrica, y la misma Europa. Cada una de ellas tienen sus sitios de reproducción e invernada bien definidos, pero todas ellas se caracterizan por sus extensos periplos migratorios.
En general los playeros rojizos no andan bien en cuanto a sus números poblacionales, por ende, su estatus de conservación no es del todo favorable puesto que se encuentran en las listas de especies protegidas de Estados Unidos, Canadá, México y Argentina, además de que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la catalogó como especie global “casi amenazada”.
De todas estas subespecies la más estudiada y conocida es la rufa. Aquí sucedió algo muy curioso con una de estas aves. La historia inició en 1995 y el actor principal se llamaba “Moonbird” o B95, un individuo que es mundialmente famoso. Fue en el año de 1995 cuando se le capturó en Río Grande, Tierra del Fuego, Argentina, colocándosele un anillo alfanumérico color naranja con el número B95. Su fama y apodo de “moonbird” se debe a la hazaña que realizó, la cual es significativa e impresionante para un ave que llega a pesar 140 gramos en promedio.
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Para empezar tiene el récord del individuo capturado más longevo de su especie, con una edad estimada de 21 años, al menos el último año en que se le observó que fue en el 2014. Si fuera un maratonista podríamos encajarlo como un “ultra-ultra maratonista” debido a que anualmente recorre aproximadamente 18 mil millas (28 mil kilómetros) en sus periplos migratorios.
En su vuelta cruza, al menos, seis países y la inmensidad del océano Atlántico. El bien ganado apodo de “Moonbird” se debe a que durante esos 21 años este individuo recorrió un estimado de 400 mil millas (información científica) o el equivalente a 643 mil kilómetros. La distancia estimada de la tierra a la luna en promedio es de 384 mil kilómetros, esto quiere decir que voló el equivalente de ida y vuelta a la luna (Meztli como mi sobrina).
Durante el tiempo de Moonbird la población de esta especie se desplomó en un 75%, los factores de este descenso poblacional son falta de disponibilidad de alimentos, sobre todo los huevecillos del cangrejo herradura (Limulus polyphemus) en la Bahía de Delawere, en Estados Unidos, uno de los sitios claves de descanso y alimentación, otro más es la pérdida de hábitat en las rutas migratorias y también el cambio climático, es más, fue la primera especie listada en los Estados Unidos por este factor antropogénico, entre otros.
En México la subespecie Roselaari es más abundante en la región del noroeste, sus números poblacionales aún no son del todo conocidos, sin embargo, se estima una población cercana a los 10 mil individuos podrían estar diseminadas en territorio mexicano. Por este y otros factores se propuso e incluyó en la NOM 059 SEMARNAT 2010 como especie en “peligro de extinción”.
Moonbird puso en la palestra de la conservación al playero rojizo y sus parientes, sin embargo, a cómo vamos ocuparemos la vía láctea y más para poner nombres a cada una de las especies que desafortunadamente están perdiendo la batalla por su supervivencia.
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Asumir la responsabilidad de convertirnos en los “moonbirds” de todas estas especies no es una mala idea. Quizá no lleguemos a la luna como este famoso rufa, pero con acciones a favor de estas aves mantendremos la posibilidad de conservar nuestra misma especie, o la tierra, y eso es más factible.
Contacto: xicovegadirector@aaves.com.mx