La vida está llena de opciones y siempre debes tomar decisiones. ¿Qué ropa vas a ponerte hoy? ¿Irás a la oficina o te quedarás en casa? así todos los días.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
La vida está llena de opciones y siempre debes tomar decisiones. ¿Qué ropa vas a ponerte hoy? ¿Irás a la oficina o te quedarás en casa? así todos los días.
Pero, ¿cómo podemos tomar decisiones correctas? ¿Tendrá la ciencia alguna manera de guiarnos para optar por lo mejor?
Gracias a la psicología, es posible predecir qué tan bueno será alguien para tomar decisiones, y una gran parte de ello tiene que ver con ciertos errores que muchos hacemos al interpretar el mundo que nos rodea, conocidos como sesgos cognitivos.
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Si tu respuesta es que dejarías limpio el plato, "esa es una decisión que mucha gente toma en esa situación, porque les cuesta dejar el postre elegido y pagado. "Tus resultados futuros serán mejores si dejas de comer el postre". Y hay otros sesgos que pueden hacernos tropezar. Por supuesto que son iguales, pero la mayoría de la gente elige la segunda opción, cayendo en algo llamado"efecto marco" -un concepto fue introducido por el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman junto con Amos Tversky que forma parte de la Teoría de las Perspectivas-. Bruin y su equipo miden cuán susceptibles son las personas a ese tipo de sesgos y les da una puntuación de aptitud para la toma de decisiones. Sorprendentemente no. "Puedes ser inteligente y nunca adquirir esas habilidades de pensamiento crítico que son importantes para la toma de decisiones racionales". Pero si la inteligencia no puede protegernos de la mala toma de decisiones, ¿qué puede? "Imagínate que estás conduciendo a altas horas de la noche y la visibilidad es pobre. De repente algo te dice que tengas cuidado... y en ese instante, un ciclista sin la luz emerge de la oscuridad o algo así. Así que la intuición puede ser una forma valiosa de recurrir a recuerdos o experiencias para la toma de decisiones, pero, ¿qué pasa con las emociones? "El neurocientífico Antonio Damasio ha demostrado que esa parte del cerebro es muy importante para el procesamiento de la emoción, pues está involucrada en la formación de reacciones físicas a eventos, cosas como que se te acelere el corazón, las mariposas en su estómago, la tensión en los músculos cuando te sientes nervioso. "Según Damasio, lo que sucede es que una vez que creas esos marcadores, cuando los vuelves a percibir, te dan una emoción o una sensación intuitiva de qué hacer. Aunque quienes sufren de este tipo de daño no tienen problemas con el pensamiento abstracto y su puntuación en pruebas tradicionales de inteligencia no se ve afectada, su falta de capacidad para procesar y leer sus emociones influye profundamente en su toma de decisiones. ¿Y si todo esto falla? ¿Has notado que es mucho más fácil dar un consejo sabio a un amigo que seguir ese consejo tú mismo? La investigación de Grossmann ha demostrado que la paradoja de Salomón surge una y otra vez, pero hay una manera de evitarla. En lugar de decir ¿cómo me siento? ¿Qué debo hacer?, dirías ¿cómo se sentiría él, ella o ellos? ¿Qué deberían hacer? Decirlo en voz alta, podría ayudarte a ver el problema desde otra perspectiva, reducir un poco la velocidad, no reaccionar de inmediato, buscar más información, reflexionar y tomar una mejor decisión. Entonces, ¿cómo podemos tomar las mejores decisiones? Y si todo lo demás falla, sigue los consejos que les das a tus amigos en lugar de los que te das a ti mismo.La intuición
¿Con o sin sentimiento?