Descubre los 7 principales jardines botánicos más atractivos del universo y sumérgete en el ambiente que ofrece el Jardín Botánico de Culiacán en el número 5 de la lista.
Por: Juan Francisco Sotomayor
Descubre los 7 principales jardines botánicos más atractivos del universo y sumérgete en el ambiente que ofrece el Jardín Botánico de Culiacán en el número 5 de la lista.
Poniendo en alto a Sinaloa agregaron al Jardín Botánico de Culiacán entre los 7 más lindos del mundo, quedando en el lugar número 5 después de: Londres, Singapur, Canadá y Noruega. La colección de plantas endémicas o en peligro de extinción hace de estos sitios lugares distintivos de las ciudades y de gran atracción a visitantes.
Pero eso no es todo: estas variedades conviven con piezas de arte contemporáneo y espacios arquitectónicos de primer nivel, “introducidos al jardín con la finalidad de enriquecer la experiencia del visitante durante su recorrido”, relatan desde la institución.
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El resultado es una arquitectura desnuda y simple que se une sin fisuras al entorno verde. Por su parte, el arte se explaya en obras de 38 artistas a lo largo del recorrido, elegidas para producir experiencias sensibles y reflexiones sobre “temas sociales y naturales y su relación con la naturaleza”.
Royal Botanic Gardens de Londres
Para los visitantes, el paseo contempla todo tipo de atracciones. Entre otros, hay abundancia de invernaderos en pos de cuidar las más diversas variantes de plantas y árboles. The Temperate House, por ejemplo, es una gigantesca estructura victoriana de cristal y vidrio fundido donde se albergan las plantas más grandes. En la Casa de los Nenúfares, esta especie es estrella absoluta, mientras en la Casa de la Palmera habitan todo tipo de variantes tropicales en un fascinante edificio de vidrio. Otro hito es la Gran Pagoda, erigida en 1762 imitando la arquitectura china del período Tang. De 50 metros de altura, es un monumento imponente con dragones en los distintos ángulos de sus tejados, que se luce a la distancia desde el verde más intenso.
Jardines Botánicos de Singapur
De 63,7 hectáreas y ubicado en el centro de la ciudad, es un oasis urbano para visitantes y locales, que lo experimentan a toda hora. Como colonia británica en su fundación en 1859, gran parte de su arquitectura inicial está inspirada en los ya mencionados jardines de Kew, aunque su crecimiento orgánico le fue dando luego su propia impronta. El espíritu tropical con sus senderos de selva pluvial y el cultivo de orquídeas son sus rasgos más definitorios, llegando a contar con más de 3000 especies en este último punto. Posee dos lagos que lo atraviesan y riegan la frondosidad de su verde, y en uno de ellos se ubica un escenario flotante pensado para brindar conciertos en un entorno memorable. También cuenta con explanadas, cascadas, fuentes, jardines temáticos, esculturas y variados restaurantes en los que hacer una pausa gastronómica. Y aquí tampoco falta la fauna: mariposas, ardillas y pájaros de todos los colores y tamaños son algunos de sus visitantes no humanos.
Jardín Botánico de Montreal, Canadá Fue un maestro de botánica el que decidió crear, hacia 1920, el Jardín Botánico Ártico-Alpino de Tromsø El microclima le permite cultivar especies de todo el mundo, y las plantas que aquí se encuentran provienen del intercambio de semillas con otros jardines internacionales. Su paisaje provee rocas cubiertas con líquenes y en fisuras y espacios entre estas, pequeñas plantas de montaña de muchos colores, extremadamente raras de ver. “Es una paradoja que en esta ciudad tan lejana crezca la mejor colección de plantas de las alturas del Cono Sur, donde faltan jardines botánicos en zonas frías”, apunta Arve Elvebakk, director del espacio. Las colecciones de otros grupos de plantas alpinas, como prímulas, también están entre las más grandes del mundo, ostentando 100 de las 425 especies que existen repartidas en el resto del planeta. En este, el jardín botánico más septentrional del mundo, todo es tan exótico como único. Jardín Botánico de Río de Janeiro Lo frondoso y húmedo de la vegetación tropical se observa a cada paso, sorprendiendo con este oasis de selva en el medio de una de las ciudades más ajetreadas del planeta. Y en medio del paseo, se asoman edificios históricos que enriquecen aún más la experiencia. Al final de la avenida de las palmeras, por caso, se observa la que supo ser la fachada de la Real Academia de Bellas Artes, demolida pero conservada en este gesto dentro de la historia de los cariocas. También puede verse la Casa dos Pilões, ejemplo de arquitectura colonial y una de las dependencias de la Real Fábrica de Polvo de la ciudad. Y vale la pena pasar por la Casa de la Emperatriz, un palacete colonial restaurado que hoy alberga la Escuela Nacional de Botánica Tropical, pionera en su género en América Latina. Jardín Botánico de Buenos Aires Este exponente se destaca por un edificio central de estilo inglés construido en 1881 sobre un proyecto del ingeniero militar Jordan Wysocky, por 33 obras de arte repartidas entre el verde (esculturas, bustos y monumentos) y por cinco invernáculos en los que residen especies con requerimientos ambientales específicos. En el recorrido abierto pueden encontrarse unas 5 hectáreas de flora argentina y otras 2 con especies provenientes de los cinco continentes. Además, cuenta con sectores que remiten a jardines históricos, como el francés o el romano. Pero quizás lo más bello del jardín sea la paz reinante. Ubicado entre dos avenidas bulliciosas, basta atravesar su fachada para acompasar la respiración con el latido vegetal y los cantos de los pájaros. Av. Santa Fe 3951, Palermo. www.buenosaires.gob.ar/jardinbotanico. Con información e imágenes de: Vicky Guazzone di Passalacqua/La Nación.