El Muro de Berlín del Siglo XXI

Por: SY --

La frontera entre México y Estados Unidos se ha convertido con el paso de los años en un tema cada vez más relevante. La línea divisoria se creó oficialmente en 1848 como resultado de la guerra entre México y Estados Unidos.  Su origen es por ende, de carácter controvertido, lo cual hace pensar de inmediato en otro muro famoso; como el Muro de Berlín. 

Existe una similitud entre lo que representó en su momento el muro de Berlín, que dividía la nación germana y se conformaba por dos bloques: la República Federal de Alemania (capitalista-occidental) y la República Democrática de Alemania (socialista-oriental). 

La división de Alemania se edificó en 1961, dicha construcción separó familias, amigos y comunidades. Era una barrera vigilada que se extendía aproximadamente 155 kilómetros, se calcula que más de 100,000 personas trataron de cruzar a la Alemania occidental y entre ellos más de 600 personas perdieron la vida abatidas por los soldados que custodiaban la frontera o en su intento por pasar de un lado a otro. 

Así mismo esta realidad de cruzar al otro lado muro se sigue viviendo hoy día con día entre el límite de México y Estados Unidos, la frontera que divide ambos países se extiende por 3,200 kilómetros, de los cuales 1,050 km son construcciones conformadas por vallas metálicas, muros de concreto, cercas vehiculares y sistemas de vigilancia electrónica, como se puede apreciar en la siguiente imagen. 

La línea divisoria solo evidencia que la emigración siempre ha estado presente entre Estados Unidos y México. A veces ha sido un tema amistoso y “relajado”, como a principios y mediados del siglo XX, cuando los estadounidenses crearon programas como el bracero, donde se daba permiso a los mexicanos para radicar y trabajar legalmente en E.E.U.U, así mismo no se necesitaba una visa para cruzar aduanas, solamente con el pasaporte bastaba. Todo esto cambió en 1965 cuando entró en vigor la ley Hart-Celler, donde imponía por primera vez un límite de entrada a los inmigrantes, con esta ley quedaba definitivamente atrás la era de la inmigración sin restricciones, y para 1990 se recrudecieron las medidas hasta llegar a las políticas del día de hoy.

Las duras políticas y las barreras cada vez más altas entre los países norteamericanos han dejado alrededor de 3,720 muertos en su intento por cruzar. Tan solo en el 2022 se confirmaron 853 fallecidos; sin embargo, la cifra debe de ser exponencialmente más alta, ya que no incluye a los difuntos en territorio mexicano, ni en el recorrido que muchos realizan desde su país de origen.


Por su parte, mientras a fines de los 90’s se intensificaban los requisitos migratorios para pasar a Estados Unidos, esa misma década también entró en vigor el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), el cual permitió crear el área de libre comercio más grande del planeta, generando el 28% del PIB y el 16% del comercio mundial y englobando a 482 millones de habitantes entre los tres países que la conforman: Canadá, Estados Unidos y México. 

El tráfico que presentan ambos territorios se debe en gran parte al TLCAN, que actualmente lleva el nombre de T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). Gracias al acuerdo y por posición geográfica, el principal socio comercial de México es Estados Unidos, donde el comercio total de bienes entre EE.UU.- México es de 520,122 millones de dólares, por su parte México se posiciona como el segundo socio comercial de los estadounidenses, después de Canadá (datos agosto 2022).

Para dimensionar la magnitud de afluencia tanto humana como vehicular entre estos dos países basta mencionar que la frontera entre Tijuana y San Diego es la más cruzada de todo el mundo occidental. Según la SRE cada día cruzan legalmente más de un millón de personas y alrededor de 300,000 carros (datos del 2017).

Este comercio trilateral es una fuente generadora de empleos, ya que 19 millones de personas se benefician de él. Por ello no es descabellado proponer que entre los tres países no solamente haya un acuerdo comercial de bienes y servicios, sino que vaya un paso más allá y se establezca una zona Schengen como la que hay en Europa, la cual está integrada por 27 países y se benefician no solo económicamente.

Crear una zona similar entre las tres naciones, tendrían los mismos o más beneficios que se tiene en el espacio Schengen, es decir no solo monetarios, sino en todos los ámbitos. 

Un claro ejemplo es que millones de personas saldrían ganando, al permitir el libre tránsito entre los países miembros, ya que al contrario de la política restrictiva adoptada actualmente, si se creara una zona de libre tránsito entre las tres naciones se tendría mayor cooperación entre las autoridades aduaneras y permitiría:

  • Una mejora de los sistemas de comunicación entre las fuerzas policiales
  • La persecución transfronteriza de delincuentes
  • La vigilancia transfronteriza de sospechosos
  • La asistencia operativa mutua
  • Intercambios directos de información entre las autoridades policiales
  • Aumento de turismo
  • Aumento de intercambios estudiantiles
  • Intercambios culturales
  • Intercambios laborales.

Lo que supone una enorme ventaja en todos los niveles; económico, político, social y de seguridad, al poder regularizar legalmente la entrada, el estatus migratorio y la salida de las personas que cruzan. Esto enriquecería aún más los acuerdos existentes y unificaría comunidades que han quedado separadas por una división, como pasó hace más de 60 con el muro de Berlín 

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