La mujer originaria de Badiraguato, para apoyar en la economía del hogar, fabrica y repara prendas en la colonia 5 de Febrero
Por: Juan Madrigal
Culiacán, Sinaloa.- Desde pequeñita Manuela Morales Madueño, siempre le ha atraído mucho confeccionar ropa, ya que para ella es un modo de expresión, una forma de relajarse, de conectar con ella misma y sobre todo de plasmar sus ideas en cada una de sus creaciones.
Sus primeros contactos en esta técnica se dieron cuando su mamá, junto a una vecina en la comunidad de Las Juntas, Badiraguato, hacían de la costura su vida. Por curiosidad, y por llenar su tiempo libre Nelyta, como la llaman de cariño, se propuso aprender el arte de la costura.
“Inicie a coser desde los nueve años. Mi mamá (Valentina) tenía una máquina y una vecina (Celsa), la apoyaba con el corte para confeccionar la ropa. Veía como la señora cortaba la tela y mi mamá, cosía la ropa. Fue tanto mi interés que al poco tiempo me animé a agarrar la máquina e inicié a descoser y coser ropa”, recuerda esta costurera empírica.
Además, la mujer originaria del municipio serrano, señala que inició en la confección de ropa, tras nacer sus hijas, ya que prefería fabricarles ella misma las prendas que lucían. “En lugar de comprarle ropa, mejor compraba tela y les hacía la ropa a mis hijas”, manifiesta con gran entusiasmo Nelyta.
Hace cinco años, en búsqueda de una mejor calidad de vida, decidió dejar el hogar donde disfrutó grandes momentos y junto a su familia, emigran a la capital sinaloense. “Cuando la última de mis hijas se vino a estudiar a Culiacán, porque solo en mi pueblo se estudia hasta la secundaria. Decidimos venirnos mi esposo y yo para estar más cerca de mis cuatro hijas”, reveló.
Vivir en la ciudad, implica muchos gastos económicos, y con el objetivo en apoyar en la economía de la casa, entendió que había una oportunidad y que contaba con el conocimiento y hace más de un año, puso “manos a la obra” con el oficio que le apasiona realizar desde que era niña.
“Mi esposo me compró una máquina, e inicié reparando ropa, como colocar cierres y bastillas a pantalones. Mi trabajo nunca lo había hecho para personas que no fueran mi familia, pero me animé y gracias a Dios, hago lo que tanto me gusta, y a la vez estoy ganando dinero que ayuda para pagar la renta y servicios básicos como agua y luz”, expresó.
Actualmente, Nelyta vive en la colonia 5 de Febrero donde acondicionó un taller en la sala de su domicilio, espacio donde exhibe su destreza frente a la máquina de coser. Repara y confecciona prendas y le encanta hacer “magia” con la ropa que le llevan sus clientes. De hecho, entre sus servicios estrella es fabricar vestimentas para niños y niñas.
También indica que es sumamente importante darle larga “vida” a las prendas, que no siempre lo nuevo es moda y que el estilo lo construye cada persona. Además de ahorrarte unos buenos pesos, disminuye el consumismo de ropa que cada vez afecta más al medio ambiente.
Disfruta tanto de su labor que no siente que pasa el tiempo cuando está en su máquina al crear prendas y reflexiona que, aunque trabaja como tal, encuentra en la costura un pasatiempo y el pilar que le ayuda a sacar un ingreso para proveer a su familia y la motiva a seguir en el mundo de la costura.
A la mujer badiraguatense, esta labor le ha dejado un sinfín de satisfacciones y hasta dos de sus hijas, a pesar de ser profesionistas, les apasiona al igual que ella fabricar prendas. “A dos de mis hijas también les gusta elaborar ropa, una de ellas hace pijamas y lencería que las venden con sus amistades”, dice con orgullo.
Nelyta, tiene un gran amor por este oficio que desea en un futuro junto a sus hijas, lograr tener un taller de alta costura. “Deseo capacitarme, tener una máquina industrial para lograr hacer vestidos de alta costura”, expresó.
Morales Madueño, invita en especial a las mujeres a ser decididas y empoderadas, y no permitir que los miedos les impidan realizar los que tanto les apasiona. Así como ella, pueden desarrollar sus capacidades en un oficio como decoración de globos, repostería, cultora de belleza.
La costura no le supone un esfuerzo, pues es una actividad de la que disfruta sin importar lo que implica y que sabe hará por mucho tiempo. Entre telas de diferentes tipos y colores, cinta métrica, tijeras, hilos, agujas, alfileres y una serie de materiales y herramientas que le facilitan el trabajo a Nelyta, en la colonia 5 de Febrero arregla ropa, en especial produce la satisfacción de ver prendas que crea con sus manos desde cero, con responsabilidad, dedicación y mucho amor. En la 5 de Febrero hay costurera. Nelyta le da nueva “vida” a la ropa.
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