A sus 60 años, Sergio Soto hace de la fruta y los dulces una alegría de trabajo

El vecino de la colonia CNOP, compartiendo la alegría de su trabajo recorre con su carreta las calles ofreciendo sus productos, no le falta cariño y utilidad.

Por: Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- Sergio Soto Valenzuela es un hombre de 60 años, que desde hace un par de años dejó de realizar labores de albañilería para dedicarse a vender dulces, fruta, aguas y fritura. Tuvo toda su vida activa y no piensa rendirse. Asegura que el trabajo lo mantiene vivo.

Soto Valenzuela expresó a Tus Buenas Noticias, que es originario de la comunidad La Calera, Capirato, Mocorito, pero de niño emigró a la capital sinaloense con sus abuelos en búsqueda de una mejor calidad de vida.

“De morrillo mis abuelos me trajeron a Culiacán. Solo estudié hasta cuarto de primaria porque tuve que ponerme a trabajar, pues había muchas necesidades que cubrir en la casa, pero el no contar con estudios no fue un impedimento para salir adelante, sé leer, sumar y restar”, manifestó el mocoritense.

Sergio reveló que la mayor parte de su vida se ha dedicado a labores de albañilería, pero le ha bajado al ritmo por la edad, principalmente porque hace dos años fue sometido a una cirugía en sus ojos. “Gracias a Dios salí muy bien, nunca perdí la fe”, dijo. 

El vecino de la colonia CNOP, indica que también tras la operación decidió dedicarse a la venta de golosinas, fruta, aguas y frituras. “Es un negocio muy noble, por lo menos sale para el refresquito”, declaró.

De lunes a viernes, por la tarde, ofrece sus productos sobre el bulevar de las Minas, cerca del DIF CNOP y los fines de semana recorre junto a su carreta en el tianguis Huizaches y los campos deportivos de la zona cerca a su domicilio, ya que son días que se organizan juegos de futbol o beisbol.

“Me agrada mi trabajo porque me distraigo estar en la calle, me gusta platicar con la gente y en ocasiones me pongo a leer. Siempre me va bien, porque cuando no fumas y no tomas las bendiciones vienen de Dios”, confesó el hombre de fe.

Sergio ya tiene un trayecto trazado, recorrer junto a su carreta algunas de las calles del sector sur, siempre con la esperanza que sacará dinero para llevar sustento a su hogar. En la vida laboral, siempre hay altibajos, momentos de felicidad y otros de tristeza. Pero jamás hay que perder de vista el propósito y mantenerse siempre motivados para disfrutar lo que se tiene y luchar por lo que se anhela. El que busca trabajo lo encuentra, Don Sergio endulza la vida de los cuiacanenses.