Mazzucato: el crecimiento también puede tener una dirección

La economista plantea que el Estado no debe limitarse a ser un regulador o proveedor de servicios, sino que debe ser un actor central en la promoción de la innovación y el crecimiento, asegurándose de que los beneficios se compartan de manera justa

Por: Francisco Cuamea

Mariana Mazzucato es una economista que promueve la redefinición del papel del Estado en la economía. Su teoría enfatiza que el Estado no debe limitarse a ser un regulador o proveedor de servicios, sino que debe ser un actor central en la promoción de la innovación y el crecimiento, asegurándose de que los beneficios se compartan de manera justa.

Es una mujer del mundo. Nacida en Italia, con nacionalidad estadunidense y radicada en Londres estuvo en la CDMX la semana pasada. Dio una conferencia magistral en la UNAM, otra en la American Chamber y sostuvo reuniones con la Presidenta Claudia Sheinbaum, así como integrantes de su Gabinete.

Mazzucato busca inspirar y convencer para hacer política pública de manera diferente. El paradigma con el que se gobierna actualmente, en México y América Latina está afianzado en teorías, tradiciones e ideologías del Siglo 20 que ya caducaron. 

Si bien generó el avance tecnológico, en salud, educación y, en general, mejor calidad de vida que a nivel macro se refleja en el promedio de esperanza de vida, la crisis climática y la aguda desigualdad son la evidencia de que el capitalismo tradicional ya no es funcional. 

Entonces, para Mazzucato, el Estado tiene que ser visto no solo como un facilitador o corrector de fallos de mercado, sino como un agente clave en la creación de mercados y en la dirección de la innovación.

“El capitalismo, el crecimiento, no tiene solo una tasa, tiene una dirección. ¿Cómo llevamos esa idea de la direccionalidad hacia adelante? ¿Cómo lo hacemos de una manera democrática?”, planteó en entrevista para el programa Foro Global.

Un nuevo sistema, pero sin demagogia

La propuesta de Mazzucato es el sistema económico, financiero y político debe estar orientados por misiones innovadoras y ya no por ideas rígidas que caducan ante la realidad, pero aun así insistimos en que la realidad de adapte a ellas.

Y con innovación no se refiere a desarrollo tecnológico, sino a la investigación y aplicación de estrategias diferentes para hacer las cosas.

“¿Cómo diseñamos el sistema de una manera orientada a metas, pero sin demagogia?”, se pregunta en la entrevista. “La cuestión es comenzar con las metas y preguntar qué es lo que se necesita (para alcanzarlas)”. 

¿Pero qué son las misiones? Para Mazzucato, Las misiones son una herramienta central en su propuesta de política económica y de innovación, enfocada en resolver grandes desafíos sociales mediante la coordinación de esfuerzos públicos y privados. 

Las misiones se inspiran en proyectos ambiciosos y visionarios, como la llegada del hombre a la luna, y tienen como objetivo movilizar recursos en diferentes sectores para generar avances significativos en áreas clave. 

¿Qué es el Estado Emprendedor?

Actualmente, la sociedad tiene organizado al gobierno como un administrador: de recursos públicos, de trámites, de la fuerza pública. La consecuencia de ello es que tenemos un aparato gubernamental con capacidades reducidas para la resolver problemas.

La economista sugiere que el Estado puede liderar la innovación a través de misiones claras y ambiciosas que aborden grandes desafíos sociales, como el cambio climático, la desigualdad o la salud pública. Estas misiones ofrecen un marco que alinea la actividad económica con objetivos de desarrollo a largo plazo.

Además de ser profesora, Mazzucato es directora fundadora del UCL Institute for Innovation & Public Purpose (IIPP) dedicado a replantear el papel de las políticas públicas en la configuración del ritmo de crecimiento económico y su dirección, y a formar a la próxima generación de líderes mundiales para que establezcan asociaciones que puedan abordar objetivos sociales orientados a su misión.

Nada está escrito en piedra. Podemos diseñar el futuro. 

Podemos comenzar con esta pregunta: ¿Qué sentido podemos darle al gobierno y a la sociedad civil y cómo pueden crear soluciones juntos?

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