Razones históricas, riqueza minera y arquitectura de influencia colonial hicieron a Cosalá pueblo Mágico distintivo de Sinaloa.

Tus Buenas Noticias. Es Cosalá pueblo mágico considerado entre los más singulares de Sinaloa, que conjuga naturaleza, arquitectura de influencia colonial, minería y turismo. Un destino para disfrutar de la tranquilidad en ambiente de montañas.

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Después de haber gozado de una impactante riqueza minera, Cosalá le ha pedido prestado un receso al tiempo para estancarse y envolverte en sus motivos históricos. En un sentido práctico es deudor de buenos momentos a quienes se resisten a visitarlo.

Cuando se repartieron las tierras de la Nueva España, el caserío de Quezala se encomendó a Juan de Labastida, según el libro de la Suma de Visitas de 1584. Le antecede el asentamiento novohispano y el descubrimiento de la mina de Las Vírgenes desde 1562.

Cosalá es un pueblo entre cerros. Lo rodean los cerros de Barreteros, San Nicolás, La Cobriza y El Palmar. Ahora son sólo naturaleza, pero antes fueron el inicio de la zona montañosa donde habitaron las tribus de Acaxes, Xiximes y Tepehuanes, difíciles de conquistar.

El conquistador y misionero Gerard Decorme da cuenta de actos de canibalismo. Narra cómo en rebelión a ser dominados, unos indígenas Xiximes camino de las minas de San Hipólito al real de Las Vírgenes mataron y comieron a un español, su hijo y 5 indios con sus mujeres.

El 12 de diciembre de 1597 el soldado Juan Palacios hijo de conquistador, fue asignado como sacerdote del curato de Las Vírgenes, perteneciente a la provincia de Culiacán.

El obispo de Guadalajara Alfonso de la Mota y Escobar escribió en 1602 que en ese año se despoblaron los minerales de “Las Vírgenes, San Hipólito y otro de Las Vegas, que en tiempos pasados fueron minas de gran prosperidad, cuyo beneficio era por fundición, y de ley muy gruesa, y todos tres reales se despoblaron y destruyeron por la rebelión y alzamiento” que hicieron los indios Acaxes.

Pero el amor por los metales preciosos pudo más que la rebelión indígena, y así Cosalá fue cobrando forma de villa con un gran movimiento de mineros y arrieros. Primero se llamó el mineral de Las Vírgenes, y luego Real de las 11 mil vírgenes de Cosalá.

Durante su primera visita a Cosalá en 1759, el obispo de Guadalajara Pedro Tamarón y Romeral reporta que había 1895 personas viviendo en el poblado.

En 1781 resurge el auge minero de Cosalá con el descubrimiento y explotación de 9 minas de plata, lo cual origino el enriquecimiento de muchas familias. Así se fueron levantando imponentes viviendas de elevados techos cubiertos de tejas y sobria arquitectura.

A la entrada del poblado te cierra el paso junto a la plazuela el templo de Santa Úrsula. Antes del actual había existido otro templo más pequeño de 25 x 12 varas. En 1763 fue asignado al curato de Cosalá el sacerdote Juan Domingo Ureña.

A pocas cuadras se encuentra el templo de Guadalupe de construcción en piedra en la portada principal, con influencia neoclásica y barroca, construido a finales del siglo XVIII.

A principios de 1800 Cosalá vivió uno de los momentos más intensos de riqueza minera, influencia política y poder. Con el descubrimiento y explotación de la mina de Guadalupe de los Reyes alcanzó gran bonanza el minero Francisco Iriarte y Conde, quien fue gobernador del Estado de Occidente.

Durante su agitado período político trajo el poder ejecutivo del Estado de Occidente a Cosalá. Sus diferencias con el poder legislativo propiciaron la separación de los estados de Sonora y Sinaloa (1830), por lo que se le conoce como el padre del estado de Sinaloa.

En una de las viviendas de Cosalá, aún existentes, en 1827 se imprimió el primer periódico de Sinaloa “El Espectador Imparcial” de José Felipe Gómez, considerado el iniciador del periodismo sinaloense.

Heraclio Bernal y muchos personajes significativos surgieron de ese caserío. Sobre sus estrechas calles retorcidas aún hay muchas historias por contar. Los turistas se recrean visitando el Museo de Minería, disfrutan sus callejones, y en días festivos sus “callejoneadas” con música de banda.

Perduran los viejos oficios reminiscencia de la arriería, los dulces de piloncillo, los panes caseros y muchas delicias.

Estando en Cosalá estas en la oportunidad de visitar muchos de sus rincones de armoniosos paisajes en medio de la naturaleza.

Cosalá se encuentra al centro del estado de Sinaloa, a 170 kilómetros de Mazatlán y Culiacán. Es un lugar donde la vida tiene cara de tranquilidad.

Imagen: Christian López.