Se necesitaba poner orden en todo y a mí me tocó luchar en los peores problemas

Te van a matar Amalia, no te metas en eso, le dijeron a Amalia López cuando tomó la iniciativa de hacerse cargo de la defensa de los Derechos Humanos de Villa Juárez. Recién habían asesinado a Norma Corona, la defensora en Culiacán… No se detuvo, ha luchado contra las inundaciones, actos de corrupción, vejaciones y en favor de jornaleros agrícolas. Lleva 26 años ayudando a la gente y no se rinde.

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María Amalia López Sambrano estudiaba derecho en la Universidad Autónoma de Sinaloa cuando Jorge Aguirre Meza defensor en Navolato (asesinado) la invitó a colaborar como defensora de los derechos humanos en Villa Juárez. “Yo no sabía ni la dimensión ni hasta donde se podía llegar con eso”, refiere satisfecha de haber cumplido.

Sentada bajo un olivo negro, enfrente de su casa en Villa Juárez, nos cuenta con entusiasmo su experiencia de luchadora social. Dice que se inició protestando contra el interés de aplicar cobros a la recolección de basura y tarifas para los títulos de solares.

Se constituyó como organismo el 30 de mayo de 1993, pero fue hasta 1999 cuando se registró como Derechos Humanos A.C. Sindicatura de Villa Juárez.

Comenta que lo más escandaloso de su trabajo empezó con la defensa de decenas de jornaleros agrícolas, que al fin de la temporada hortícola morían en sus estados de origen, y que se pudo comprobar que sus decesos estaban relacionados con el abuso y malas prácticas en la aplicación de agroquímicos.

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Su defensa tuvo tal impacto político que condicionó a los agricultores de Sinaloa a regular las prácticas agrícolas, cuidar la sanidad, y aplicar programas de asistencia médica para los trabajadores del campo. Considerado hoy un logro que llena de orgullo a los agricultores.

Comenta que una de las luchas más intensas y complicadas que le tocó encabezar, de la que dieron cuenta los medios de comunicación en su tiempo, fue el tema de las inundaciones en Villa Juárez. El reclamo le llevó recorrer por tierra y en avión, todos los drenes que inciden llevando corrientes de agua en la región para detectar el problema y denunciarlo.

Encabezó la gestión para traer una máquina de dragado de otro país para ampliar los cauces y permitir que el agua saliera al mar. Le siguió tener que luchar contra las autoridades para que aplicaran el presupuesto y evitar actos de corrupción. Señala que el tema de las inundaciones le trajo grandes amenazas e intimidaciones. Hubo pérdidas materiales y decesos, derivados de este conflicto.

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Amalia López Sambrano comenta con entusiasmo que de su trabajo de defensa de los derechos humanos en Villa Juárez lo que más le ennoblece es haber ayudado a salvar muchas vidas, y el haber gestionado apoyos en medio del dolor para que los jornaleros pudieran transportar, llevando o trayendo a sus familiares muertos.

Precisa que llevó de manera constante ante las autoridades el tema de las violaciones a niñas de jornaleros. Y viajó a otros estados defendiendo y rescatando a niños y niñas despojadas a sus madres. En las tareas pendientes le queda construir un albergue para mujeres maltratadas.

Comenta que lo que siempre le ha preocupado es la falta de asistencia de salud de las familias de Villa Juárez, y dice seguir preocupada por la alta incidencia de Sida, el consumo de drogas en la comunidad, y la falta de atención de padres y maestros en niños hiperactivos, que al principio son una incomodidad, pero ha visto con tristeza como luego son delincuentes y finalmente mueren a corta edad.

María Amalia López Sambrano nació en el municipio alteño de Cosalá, Sinaloa. Llegó a Villa Juárez de niña, cuando tenía 10 años, y ha conocido todos los problemas de la comunidad de migrantes de principio a fin, ya tiene 71 años de edad y cada vez se mueve menos, por problemas de salud.

A Amalia la defensa de los derechos humanos le llegó por promoción, pero en 26 años es su motivo de vida en Villa Juárez.

Imagen: Christian López