A pesar de que las fiestas decembrinas han finalizado, el espíritu Navideño aún sigue presente a principios del año 2024, y el asombro que producen ciertas piezas que sirvieron para decoración de los hogares es innegable, pues en el corazón del pueblo mágico de Metepec, alfareros y artesanos locales crearon Nacimientos de barro que, dicho sea de paso, se presentan a sí mismas como verdaderas obras de arte que poseen una enorme importancia cultural, llevan consigo una larga e interesante historia, y portan con orgullo el peso de una tradición que se remonta desde hace décadas hasta la época actual.

Para empezar, es importante mencionar que los nacimientos son representaciones artísticas de la natividad de Jesús, y que éstos buscan recrear la escena de tal manera que se conserve la esencia original del suceso, pero incluyendo siempre el toque personal de cada artista, ya sea que vayan a ser exhibidos en templos, iglesias, o en los hogares. 

Las figuras principales e indispensables que se realizan son las del Niño Dios, de la Virgen María, de San José, y de un ángel, pero luego se pueden incluir a los tres Reyes Magos —Melchor, Gaspar, y Baltazar—, a pastores, bueyes, mulas, y demás elementos que puedan ser tomados en cuenta.

Además, algo que se debe recordar y es precisamente lo que convierte estas piezas en auténticas obras de arte, es que no se usan moldes para elaborarlas; los artesanos utilizan únicamente sus manos o alguna otra herramienta para darles los toques finales, mientras dejan que la creatividad guíe sus manos y les dé forma a sus creaciones.

Éstas pueden ser de todos los tamaños, estar al natural o ser pintadas, tener muchos o pocos detalles, pero lo que es seguro es que jamás encontrarás un nacimiento que sea exactamente igual, y los que encuentres en Metepec, tarde o temprano, traspasarán fronteras de estados e incluso de países.

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