Sor Juana Inés de la Cruz; Quién fue y por qué es tan importante para la cultura
La religiosa Sor Juana Inés de la Cruz, desde los 3 años aprendió a leer y a escribir; No solo es un personaje importante en México, sino también en otros países
Sor Juana Inés de la Cruz, es considerada una de las máximas exponente de la literatura hispanoamericana del siglo XVII, quien es reconocida principalmente por los poemas que escribió.
Sor Juana Inés de la Cruz, fue una religiosa que nació en San Miguel Nepantla, hoy Estado de México, y a los 3 años aprendió a leer y escribir, que a su corta edad ya poseía un gran nivel intelectual.
Quién fue Sor Juana Inés de la Cruz y por qué es tan importante en el mundo de la literatura
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Sor Juana aprendió de diversos temas no solo de literatura, sino también de astronomía, pintura, lenguas, filosofía y otros. Además escribió numerosos poemas tanto líricos como cortesanos y filosóficos, comedias teatrales, obras religiosas y villancicos.
Aprendió a leer y escribir a los tres años y a los ocho escribió sus primeros versos. A pesar de brillar en la corte virreinal de Nueva España, ya que fue dama de honor de la esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo y apadrinada por los marqueses de Mancera, en 1669 ingresó a la vida monástica guiada por anhelo de conocimiento.
La religiosa mexicana ocupa un destacado lugar en la literatura novohispana, que en lo lírico se adscribe al barroco español y que en lo dramático va de lo religioso a lo profano.
En vida, Sor Juana gozó de gran popularidad, ya que siguió los modelos literarios de la época y en muchos casos los superó. Fue publicada en España y leída con asombro.
Su poesía, rica en complejas figuras del lenguaje, conceptos ingeniosos y referencias a la mitología grecolatina, destaca por una deslumbrante belleza sonora, ingenio refinado y profundidad filosófica como puede apreciarse en su poema más importante y largo con 975 versos, Primero sueño de 1692.
En el terreno de la dramaturgia escribió las comedias Los empeños de una casa y Amor es más laberinto, compuso tres autos sacramentales: San Hermenegildo, El cetro de San José y El divino Narciso, este último considerado el mejor de los tres, que incluye villancicos de calidad lírica excepcional.
Sor Juana Inés de la Cruz falleció en Ciudad de México a consecuencia de una epidemia de peste, mientras cuidaba a sus hermanas de la orden.
