Muchas personas no conocen la historia sobre el parque fundidora, uno de los lugares más emblemáticos y queridos de Monterrey. El parque ha experimentado una asombrosa metamorfosis que lo ha convertido en un pulmón verde y un símbolo de la revitalización de la ciudad.

El origen de su nombre, y en general de su historia se remonta al año 1900, cuando la empresa Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, se estableció en los terrenos del territorio regio, convirtiéndose en un pilar de la economía local, produciendo acero y otros metales que impulsaron el crecimiento industrial de Monterrey. Sin embargo, en la época de los 80’s, la compañía tuvo que suspender sus actividades al declararse en bancarrota. 

Es ahí cuando empieza la transformación de este mítico lugar, pues las autoridades locales se unieron para darle un giro de 180 grados a las instalaciones industriales. Los esfuerzos se centraron en conservar la arquitectura industrial original, como los altos hornos y las naves de producción, mientras se adaptaban para albergar una amplia gama de actividades culturales y recreativas.

Hoy, el parque fundidora, compuesto de más de 142 hectáreas, se convirtió en uno de los pulmones más importantes del área metropolitana de Monterrey. Dentro de él se pueden hacer una gran variedad de actividades, con amplios senderos para caminar, bicicletas para recorrer el parque y navegar a través del paseo Santa Lucía. 

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Además de esto, puedes visitar el museo y las instalaciones del Horno 3, en donde podrás aprender más acerca de la historia de las instalaciones industriales de la fundidora. También puedes encontrar el salón de la fama del beisbol mexicano, y la cineteca y fonoteca de Nuevo León. 

Y por si fuera poco, este espacio tan versátil también es sede de muchos eventos y festivales de música como el festival Pal Norte. Cada año, miles de visitantes se reúnen aquí para disfrutar de la cultura, la recreación y la belleza del entorno.

Este testimonio de transformación urbana es un recordatorio de la capacidad de las comunidades para revitalizar y dar nueva vida a espacios industriales en desuso. El Parque Fundidora no solo conserva la herencia industrial de Monterrey, sino que también brinda un espacio para que la naturaleza y la cultura florezcan en armonía.