La Casa de Alfeñique: Un tesoro arquitectónico y cultural en el corazón de Puebla
Ubicado en el centro histórico de la capital Poblana y el edificio data del siglo XVIII y es considerado una parte importante de la Historia y Patrimonio Cultural.
La casa de Alfeñique es un inmueble de estilo Barroco y ornamentación de estilo Árabe, construido en el año 1790; y sus diseños arquitectónicos fueron realizados por Antonio de Santa María Incháustegui.
Antes de ser museo, fue una casa habitación, cuyo primer dueño fué Juan Ignacio Morales y de otras personalidades destacadas en Puebla, como el hacendado y ganadero Alonso Rodríguez Cano.
Hay que destacar que lleva el nombre de Casa de Alfeñique por su fachada decorada con argamasa que asemeja al caramelo de alfeñique, que se elaboraba con azúcar, clara de huevo y almendras. Cuenta la leyenda, que la casa de alfeñique fue construida en 1785 por amor, como regalo de bodas a una mujer que deseaba vivir en una “casa de caramelo”.
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Se atribuye la construcción del edificio a Juan Ignacio Morales, quien haciendo uso de la argamasa blanca, creó la ilusión de que la casa misma está hecha de alfeñique; un caramelo de origen español que proviene de la tradición árabe y que era muy común encontrar en México durante el periodo Colonial.
En 1890, la casa se suma al patrimonio de la institución de Beneficencia privada Monte de Piedad Vidal Ruíz y en 1896, el monte de Piedad Ruíz traspasa el inmueble a la beneficencia pública del Estado, actuales responsables del inmueble.
Fue hasta el 5 de mayo de 1926 que la casa de Alfeñique se convirtió en el primer Museo Regional del Estado y hoy se le conoce como Museo Regional Casa de Alfeñique, el cual alberga una colección de mil 598 piezas distribuidas en 19 salas de exhibición.
Estas piezas están conformadas por textiles, obras pictóricas y escultóricas, carruajes y códices, pinturas de personajes históricos como: Ignacio Zaragoza, Porfirio Díaz, Benito Juárez y el traje del personaje célebre Poblano: “ La China Poblana”.
Asimismo, durante el recorrido en el edificio se puede apreciar las habitaciones originales de los siglos XVIII, XIX y con áreas representativas de la época como la cocina típicamente Poblana y la capilla familiar.
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