No hay mal que por bien no venga

Casi todas las tragedias, desgracias, errores, fallas y cosas malas que nos pasan traen algo bueno.

Lo malo tenemos que aceptarlo, lidiar con ello, defendernos lo mejor posible, superarlo, etc.

Pero no olvidemos aprovechar y reconocer lo bueno que nos deja.
Lecciones, oportunidades, enseñanzas, beneficios, etc.

En los sucesos tan lamentables en Culiacán también hay cosas buenas.

Cosas buenas que están pasando en la ciudad:

• Los criminales se están matando entre ellos y está disminuyendo su número, hay menos criminales.
• Las fuerzas armadas también los están matando y deteniendo, habrá menos en las calles.
• Muchos están desaparecidos, quizás muertos o huidos.
• Andan entretenidos matándose entre ellos y dejan de distribuir sus drogas.
• Se están acabando sus balas.
• Las fuerzas armadas les están confiscando sus autos, balas, armas, casas y bienes.
• Muchos delincuentes renuncian a esa vida y se van hacia una vida normal.
• Los grupos de criminales están disminuyendo en tamaño y fuerza.
• Las fuerzas armadas se están empoderando, aprendiendo y son más poderosas y efectivas.
• Los aspirantes a criminales dudaran más de entrar a la ilegalidad.
• El costo de la inseguridad disminuira.
• La ciudad será más pacífica, habrá más desarrollo y mejor calidad de vida.

Lamentablemente también causan graves daños y no los ignoramos.
Causan cosas muy graves y lamentables.
Matan o hieren a inocentes, asustan a la población, roban vehículos y los incendian, matan y hieren a militares y policías.
No dejan trabajar, estudiar, comprar, vivir la vida normal.
Pero esto pasará, más pronto que tarde.

Pidamos que las fuerzas armadas federales continúen en la ciudad hasta que todo se calme.
Hasta que los malos huyan, se escondan, se vayan a otros estados o dejen de delinquir.

Pidamos al gobernador y al congreso que inviertan más, mucho más, en seguridad.
Para tener una fuerza armada local suficientemente grande y poderosa para no dejar que los criminales vuelvan a causar los daños que han causado por tantos años.
Los policías estatales y municipales deben ser el doble de lo que son.
Así es como los estados pacíficos logran mantener la paz.
Además de mayor capacitación, supervisión, organización, equipo y efectividad.