Villa Juárez, bastión multiétnico y policultural
La agricultura es el factor de unión de todas las culturas en Sinaloa
En ningún lugar de Sinaloa hay tantas comunidades indígenas representadas como en Villa Juárez. Los trabajadores migrantes, nuestros jornaleros valen mucho por su aportación a la productividad y porque sus lenguas son el tesoro primitivo de México.
Cuando vemos a los jornaleros en los surcos plantando, hilando o cortando hortalizas, sólo vemos personas ocupadas; pero cuando nos acercamos, escuchamos entre risas y diálogos, una diversidad de expresiones lingüísticas que nos generan un sentimiento de afecto e identidad.
De un surco a otro, es posible escuchar en convivencia hablantes mixtecos, zapotecos, tzotziles, nahuas, tlapanecos, otomís, tarascos, triquis y huicholes (faltan más), todos con lenguas genuinas, ninguna igual entre sí.
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Lamentablemente cada día hay más pérdida de hablantes de lenguas nativas, porque históricamente se ha menospreciado a sus ponentes. El peor enemigo de las lenguas nacionales es la burla.
Los niños no quieren ser avergonzados en la escuela, y no hay suficientes maestros que dominen esas lenguas, y menos que las promuevan.
En todo México es importante vitalizar las lenguas minoritarias y la diversidad cultural. En Villa Juárez, Navolato, queremos hacerle saber a todo jornalero que es un honor tenerle entre nosotros y escuchar sus voces, que representan el más alto legado de la raíz histórica de nuestra raza.
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Cada lengua tardó miles de años en articular las palabras y su combinación, hasta generar un idioma colectivo. En cada palabra hay significados, y hay razones de identidad que ofrecen una interpretación diferente del mundo donde vivimos. Ninguna es igual a pesar de estar geográficamente cercanas en sus lugares de origen.
Para estas personas migren a Sinaloa representa dejar sus tierras, sus familias y sus pertenencias. Cada ciclo de hortalizas es un gran esfuerzo y representa también una gran contribución. Son mano de obra hace posible la dinámica agrícola en los valles. Es el lenguaje de la productividad y la esperanza de alimentar a sus familias.
La lengua representa ideologías de comunidades, pensamientos, inventarios de conocimientos y tradiciones milenarias. Nadie tiene derecho de eliminar las lenguas nacionales ni menospreciarlas. Orgullosamente México no es peor con su pasado, ni el presente es mejor sin los indígenas.
Preservemos, fortalezcamos y promovamos sus lenguas, son nuestro orgullo nacional.