Silvino Silva Lozano, el editor
Dejó huella en el periodismo de Sinaloa “con olor a chilorio y tomate”.
Dejó huella en el periodismo de Sinaloa, "con olor a chilorio y tomate".
Dicen que la historia de los pueblos incide mucho en los ideales de sus nuevas generaciones. Silvino Silva Lozano nació en El Rosario, Sinaloa. En 1939, cuando él vino al mundo, el pueblo tenía fresca la memoria de la influencia que un siglo antes había dejado Pablo de Villavivencio, “El payo de Rosario”, escritor, crítico costumbrista y precursor del liberalismo en México.
En los últimos dos siglos hubo en el pueblo minero de El Rosario, músicos, insurgentes, revolucionarios, periodistas, poetas, cantantes y científicos. Todo eso cargaba en su imaginario y motivación Silvino Silva Lozano, cuando le encargaron en 1973 que fundara un periódico en Culiacán.
Eran los tiempos de la imprenta a base de cuadratines, el linotipo, los lingotes de plomo para armar las galeras, líneas y párrafos. Esa mezcla de rudimentos hacía que el siguiente día, fijados con tinta en un papel se convirtieran en noticia. Era la visión plana que Silvino tenía del periodismo impreso, cuando le pidieron que hiciera un periódico vanguardista.
Alguna vez contó que tras el encargo, viajó a Hermosillo, a Monterrey y Guadalajara, apoyado por Manuel “El Maquío” Clouthier, para conocer los periódicos más modernos y definir la compra de maquinaria para la imprenta.
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En su anecdotario ha dejado asentado que cuando fue a Monterrey se entrevistó con Ramón Alberto Garza, director del periódico El Norte. En esa reunión le explicó a detalle la parte técnica y administrativa del negocio. Su mayor legado fue el consejo de la línea editorial.
“Nos dijo algo que a lo mejor entre paréntesis todavía es válido para Culiacán. 'Hey, no se engañen, hay noticias nacionales e internacionales, pero tu periódico, no sé cómo se va a llamar, debe oler a chilorio y a tomates”, revelara Silvino en entrevista a Elizabeth Gámez. El periódico debería ser regionalista, centrado en temas y ambiciones de la localidad.
Así fue como Silvino Silva Lozano fundó el periódico Noroeste, que salió a la luz pública en la ciudad de Culiacán el 8 de septiembre de 1973. Traía el respaldo de 17 socios, siendo los principales accionistas Manuel “Maquío” Clouthier, Jorge del Rincón Bernal y Enrique Murillo Padilla.
Entre los precursores, alguna vez citó su reconocimiento a Martha Cristina Mimiaga, en Administración, y a Gilberto Ceceña en redacción y mercadotecnia, a José Ramón Díaz Fonseca en las letras, y a Ignacio Carmona en la producción.
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El Noroeste que fundó Silvino Silva Lozano, del lado de grandes empresarios, surgió en tiempos en que Sinaloa se convulsionaba por un gran conflicto estudiantil en la Universidad Autónoma de Sinaloa, influenciada por los vientos izquierdistas y democratizadores.
La visión original de Noroeste fue la creación de un periódico que contrarrestara la imagen violenta que se corría de Sinaloa con el surgimiento de bandas del narcotráfico y la delincuencia. Desbordaba la visión de crear un periodismo independiente, distante del formato oficial, que presentara otras caras de la realidad.
Muy pronto el periódico Noroeste fue el albergue de plumas audaces, impetuosas y de contrapropuesta, que empujaron los cauces democráticos de Sinaloa desde su capital, y luego con sucursales en el sur y en el norte del Estado.
En constantes jaloneos y contradicciones con gobernantes, Silvino Silva Lozano dirigió su periodismo independiente por 20 años.
Hoy tras su partida, el 15 de mayo de 2020, otro hombre de El Rosario deja antecedente a las generaciones que siguen. Supo establecer una empresa editorial y la mantuvo en éxito en ambientes adversos y de grandes convulsiones políticas.
Necesariamente, cuando se tenga que hablar del periódico Noroeste, se citará el nombre de Silvino Silva Lozano, que en Sinaloa encausó con dignidad el periodismo "con olor a chilorio y a tomate".
