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Violencia sexual. La culpa no es de la víctima (Parte 1)

Las leyes se hicieron para regular una conducta y castigar, se tiene que buscar a la persona que cometió la violencia sexual, la víctima no es culpable. Cuando sucede la violencia sexual nunca es culpa de la víctima.

22 octubre, 2021
Violencia sexual.  La culpa no es de la víctima (Parte 1)
Violencia sexual. La culpa no es de la víctima (Parte 1)

Por: Rosa Elvira Jacobo Lara

En la última década se ha escuchado cada vez más alto y de forma reiterada, el aumento de los diferentes tipos de violencia que existen contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, entre ellos el sexual, como: violación o intento de violación, acoso sexual, estupro, incesto, hostigamiento sexual, abusos sexuales, entre otros; entendiéndose este último, como “quien ejecute en una persona, sin su consentimiento, o la obligue a ejecutar para sí o en otra persona, actos sexuales sin el propósito de llegar a la cópula.

También se considera abuso sexual cuando se obligue a la víctima a observar un acto sexual, o a exhibir su cuerpo sin su consentimiento. Entendiéndose actos sexuales: los tocamientos o manoseos corporales obscenos, o los que representen actos explícitamente sexuales u obliguen a la víctima a representarlos”, conceptos contenidos a la fecha en el Código Penal Federal en México, en su artículo 260.

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, define la violencia sexual como: “Cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física”.

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En sí, la violencia sexual se puede describir como cualquier actividad o contacto sexual que ocurre sin consentimiento, pudiendo suceder por amenaza o coerción, con amenaza de fuerza o fuerza física, sin diferencia de edad, género, orientación sexual, etnicidad, capacidad intelectual, clase socioeconómica, entre otras; causada por amigos, compañeros de trabajo, vecino, pareja íntima o cónyuge, persona con posición de autoridad o influencia o algún miembro de la familia. Es un problema de salud grave, que aumenta día a día.

Violencia sexual

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial sufre violencia física o sexual infligida por un compañero íntimo o agresiones sexuales perpetradas por otras personas, una de cada tres mujeres. Y en México al menos 6 de cada 10 mujeres ha enfrentado un incidente de violencia alguna vez en su vida, según el Comité de la CEDAW en México.

En Informe del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio de febrero del 2021, describen que, en México de enero de 2018 a diciembre de 2020, se presentaron 150,716 denuncias de delitos sexuales; de las cuales 49,195 fueron violaciones sexuales, de acuerdo a cifras presentadas por el Secretariados Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

En 2018 y 2019 fueron denunciadas un total de 96,374 delitos sexuales, entre los que se encuentran abuso sexual, acoso, hostigamiento, violaciones sexuales y otros delitos que atentan contra la libertad y la seguridad sexual. Los delitos sexuales con mayor índice de denuncias son el abuso sexual con 45,500 denuncias en los dos años, y el delito de violación sexual, con un total de 32,652 denuncias en el mismo periodo.

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Delitos sexuales que a la fecha siguen con un alto índice de cifra negra (arriba del 90%) a nivel nacional, al no denunciarse ante la autoridad correspondiente. La violencia sexual, en particular, continúa siendo un tema vedado y el que más se estigmatiza. En edición de diciembre de 2020, según datos de su segundo semestre, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) el 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados o no se inició una investigación.

Asimismo, en la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, en su primer semestre del presente año 2021, en México el 16.6% de la población de 18 años y más, el 24.7% fue de mujeres y las cuales han sufrido o han enfrentado alguna situación de acoso y/o violencia sexual, entre ellas: piropos groseros u ofensivos de tipo sexual el 12.1%, mensajes o comentarios con insinuaciones sexuales el 4.4%, entre otros, y quedando con el mismo porcentaje en los dos últimos semestres, de 0.2% haber tenido relaciones sexuales en contra de su voluntad.

A nivel Estatal el delito de violación a ido aumentando, hasta el 30 de septiembre del 2021 fue de 217 denuncias presentadas ante el Ministerio Público, la cifra más alta a la fecha que se tiene desde el 2010; según datos de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, que comparte a través del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa. En el 2021 el municipio de Culiacán se denunciaron 79 casos por violación, seguido por Mazatlán con 47, Ahome con 34, Guasave con 19 y El Fuerte con 7. Cifras que, según estudios, muestran que, de ese total de violaciones, alrededor del 90% corresponden a mujeres y niñas.

En particular el delito de violación en Culiacán, se ha visto reflejado un aumento significativo en los últimos 12 meses tanto las denuncias ante el Ministerio Público (53.1%) como en llamadas de emergencia al 911 (118.8%), según el Informe de Paz de Culiacán de Agosto del 2021, que mensualmente da a conocer el Organismo de la Sociedad Civil Construyendo Espacios para la Paz.

En general la violencia sexual contra mujeres, niñas, niños y adolescentes no ha sido atendida como debiera por las autoridades, ni se ha exigido justicia por la sociedad. Se prefiere callar que denunciar, por lo que existe un alto porcentaje de cifra negra e impunidad, aparte de su revictimización al denunciar o hacerlo público.

La victimización secundaria o revictimización es la respuesta que da el sistema a una víctima. Esta respuesta hace que la persona reviva la situación traumática y vuelva a asumir su papel de víctima.

Esta vez no es sólo víctima de un delito, si no de la incomprensión del sistema. lo ideal para evitar la revictimización sería que la víctima contase los hechos en tan solo una ocasión, a veces se declara hasta cuatro o cinco veces, consecuencias que aumenta el posible trauma causado por tener que enfrentarse a un proceso judicial muy largo en que está llamado a testificar en varias ocasiones y en el cual su testimonio se pone en entredicho.

Es importante que se denuncie, es importante que la autoridad proteja, investigue y castigue, es importante que Instituciones acompañen, atiendan y trabajen en la prevención de la violencia sexual. Es igual de importante que la sociedad no ignore, que alce la voz, respalde a las víctimas o sobrevivientes y de seguimiento para su justicia; pero lo más importante es creerle a cualquier niña, niño, adolescente o mujer cuando se atreven a hablar, a compartir y a denunciar un delito sexual; y mucho más importante que sus familiares no las abandonen, sino al contrario les crean, las acompañen y apoyen en su recuperación.

Las leyes se hicieron para regular una conducta y castigar, se tiene que buscar a la persona que cometió la violencia sexual, la víctima no es culpable. Cuando sucede la violencia sexual nunca es culpa de la víctima.

Respecto al tema de la justicia por agresiones sexuales, el presente año 2021 hubo un avance: el Congreso del Estado de Sinaloa, determinó reformar el artículo 122 bis del Código Penal de Sinaloa, para que los menores de edad, puedan denunciar aunque sean mayores de 18 años, estos delitos de violencia sexual, así como el feminicidio y estos no prescriban, y para que los delincuentes no puedan escapar de la justicia.


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