Nació en la Agrícola el Porvenir y ahora es ingeniero del campo
Una vuelta de generación. Sus padres se conocieron en los cortes de tomate y chile, ahora Carlos Alfredo Heredia Meza es el ingeniero que valida las nuevas variedades de exportación.
Una vuelta de generación. Sus padres se conocieron en los cortes de tomate y chile, ahora Carlos Alfredo Heredia Meza es el ingeniero que valida las nuevas variedades de exportación.
Los campos agrícolas de Sinaloa hacen historias de vida. Carlos Alfredo Heredia Meza es hijo de jornaleros, sus padres se conocieron en los cortes de tomate y Chile de la Agrícola El Porvenir. A vuelta de generación, en el mismo campo que lo vio nacer ahora es ingeniero que valida las variedades de exportación.
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La entereza de los padres es un motor de vida que influye para la formación de los hijos. Francisca Meza vivía en el municipio de Sinaloa. Allá en el pueblo de San Joaquín no había secundaria, menos prepa. No había trabajo y pensó que tampoco había futuro, por eso llegó a Villa Juárez donde lo que sobraba era trabajo. El que trabaja gana, y el que gana vive. En su juventud los cortes de tomate, chiles y pepinos eran su alegría. Cada sábado era felicidad cobrando la raya en el Campo El Porvenir.
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En el invierno, antes que salga el sol, una fogata de estacones viejos calienta los huesos de la cuadrilla entera. La niebla matutina moja los pantalones hilando o “desmamonando” los tomates. En el planteo el lodo se vuelve insoportable, pero nadie se raja. En esas condiciones andaba Francisca Meza cuando conoció Jorge Heredia. Él venía de Sanalona, ahí cerca, de donde salieron los fundadores de Villa Juárez.
En la cuadrilla hay risas y cantantes, hay dichos y griteríos que hacen ligera la carga. El intercambio de cuadrillas en los surcos y en la guardarraya amplía la posibilidad de conocer gentes. Una mirada bastó para que Francisca Meza y Jorge Heredia supieran que dos salarios es mejor que uno, y que una cobija alcanza para dos. Pronto se casaron y el amor de 2 dio 4 hijos.
El tercero de ellos es Carlos Alfredo Heredia Meza. Desde que nació, todo a su alrededor fue un mundo de tomate. Toda su infancia sólo vio cultivos de hortalizas. Es que alrededor de Villa Juárez lo que abundan son los campos legumbreros.
Los tres primeros años de primaria los cursó ahí en corto, en la escuela del campo Santa Martha, junto al canal; los otros 3 años en la primaria de la colonia Las Amapas de Villa Juárez. Mientras, sus padres seguían de jornaleros en la Agrícola El Porvenir, nunca se quisieron cambiar, porque la fidelidad premia.
Y con la misma entereza con la que empezaron siguieron de largo trabajando, pero exigiendo a los hijos cumplir con la escuela. Es que ahí, el que se raja en la escuela se regresa al surco. En los planes de Francisca Meza y Jorge Heredia siempre estuvo tener hijos profesionistas.
Así entre reniegos y presiones Carlos Alfredo cursó la secundaria en Villa Juárez y se fue de paso al CEBTA 261, donde se inclinó por la agronomía. Es lo único que había visto en su vida, y es lo que más le gustaba. Mientras estudiaba también trabajó de jornalero en el campo. “Me gustaba todo lo de las plantas y la tierra, y me gradué de ingeniero agrónomo en la UAS”, dice con orgullo.
Su entusiasmo como jornalero, su fidelidad a la agrícola pronto rindió fruto y fue contratado como ingeniero auxiliar de campo. Ahora lleva dos años como especialista en la validación de variedades comerciales, para seleccionar los genotipos para las plantaciones de los siguientes años.
“Mi trabajo es recibir muestras de nuevas variedades de semillas, yo me encargo de recibirlas, y probarlas, ponerlas a prueba en campo y determinar su rendimiento y todo el potencial que tiene la planta, determinamos si sirve o no nos sirve a nosotros aquí en la agrícola”.
Bajo los invernaderos y casasombras ahora él es el jefe. Dice sentirse bien en todos los sentidos: “es un trabajo muy padre, si te gusta lo que estás haciendo, siento que trabajas más a gusto. Hay buen compañerismo, me siento muy bien, la verdad”.
De su experiencia saca consejo: “Yo a los jóvenes de Villa Juárez les diría que hay que estudiar, que no se desesperen, es largo los años de estudio, pero todo tiene una recompensa... A la agrícola yo le daría las gracias por haberme dado la oportunidad de estar aquí al frente y darme esta responsabilidad, la cual he estado sacando adelante, les doy muchas gracias por la oportunidad que nos dio”.
“Villa Juárez para mí, fue casi mi cuna, yo ahí nací, ahí casi me crie. Viví mi infancia también, adolescencia, es bonito Villa Juárez y hay que saberlo conocer; me gusta, ahí vivo actualmente”. Ahora es él quien piensa en el matrimonio.
A vuelta de generación Carlos Alfredo Heredia Meza es el jefe, en el mismo suelo donde sus padres se conocieron y soñaron una vida plena para sus hijos. Los campos agrícolas son historia de vida.
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