La vida le ha enseñado que todo se logra con esfuerzo. Su visión de emprendimiento lo ha convertido en ejemplo para quienes desean salir adelante.

Yahir a sus 17 años entendió que en la vida nada se obtiene gratis.

Yahir Zazueta Cortez, a sus 18 años, es un ejemplo de que por más difícil que se ponga la vida, siempre hay una forma de salir adelante de buena manera.

A pesar de ser muy joven, la vida lo ha obligado a enfrentarla y esforzarse por ser un buen ejemplo para otros jóvenes.

Cuando era un niño, dejó su querido pueblo de Valdez Montoya, municipio de Navolato, acompañado de su madre.

Tijuana fue la ciudad elegida para asentarse y forjar una nueva vida.

Sin embargo, las cosas no salieron tan bien para él como hubiera deseado.

Algunas dificultades y problemas le obligaron a regresar a su querido Sinaloa.

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Aquí llegó solo con tres cambios de vestir y unos pesos en la bolsa. También traía consigo la firme convicción de salir adelante a pesar de las vicisitudes que tuviera que enfrentar. Ahora; vive en casa de su tía Mireya, quien le abrió las puertas de su casa y le ofreció un techo.

“Llegué aquí con tres cambios nada más. Sin trabajo. Sin nada. Pero sabía que aquí es más sencillo salir adelante que en una ciudad donde no conoces a nadie y te enfrentas a situaciones que te hacen tomar decisiones para vivir o no”, comenta con una voz firme.

La mirada apacible de Yahir, hace comprender que es un buen joven, de esos que han encontrado una motivación para andar por el buen camino.

Para él como para muchos otros jóvenes la vida no ha sido sencilla, pero ha decidido que saldrá adelante por ser una persona con valores bien arraigados.

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Yahir dedica parte de su vida a la venta de ropa y también a atender las mesas de un restaurante en Altata.

Entre risas nerviosas comenta cómo fue su experiencia al intentar comprar un poco de ropa para cubrir su necesidad de vestir.

dice, que se acercaban las fechas de navidad por lo que aprovechó que traía algo de dinero y acudió en busca de ropa

“Yo quise comprar ropa y miré que estaba muy cara y dije: Nombre. ¿De dónde voy a sacar tanto dinero para comprarme unos cambios? Lo que decidí fue que, en lugar de comprarme unos cambios, invertiría ese dinerito en comprar ropa con un amigo de Guadalajara y empezar a venderla a la gente de los ranchos cercanos”.

Y así le hizo. Ante la necesidad que él mismo tenía, optó por explorar el mercado de la venta de ropa y ser una opción para que las personas obtuvieran algunas prendas a precios más accesibles.

“Así fue como empecé, mi amigo me mandó la ropa y de ahí agarré para mí y empecé a surtir a la gente. Yo se las vendo más barata que lo que vale en las tiendas, no es ropa cara y es de buena calidad”, dice sintiéndose orgulloso de ayudar a sus clientes y a la vez de haber emprendido en el mundo del comercio.

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Con esa satisfacción que se siente de ayudar, Yahir asegura que cuando empezó con el negocio, los nuevos clientes se sentían satisfechos por esas oportunidades de cubrir sus necesidades sin tener que invertir tanto dinero.

“Toda la gente se alegra porque soy el único que le vende la ropa más barata; y además, fiada. Gracias a Dios que me dio la oportunidad de tener esa visión de que además de ayudarme a mí, yo he podido ayudar a otros. Y ahí va el negocito”, asegura.

Por ser tan joven y sin haber terminado el último grado de preparatoria no tenía muchas oportunidades de empleo. Asegura que antes de llegar al lugar donde se encuentra ahora, trabajó en un empaque, hasta que le brindaron la oportunidad de trabajar en Los Kikos, uno de los restaurantes ubicados en el Muelle 33 y a su vez empezar con su emprendimiento.

Ahí, la señora Dora Elena García, le dio la oportunidad de trabajar como mesero, en donde ha logrado obtener más ingresos para invertir en su mercancía.

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Con gran alegría Yahir desempeña su labor diaria en Altata.

Como fruto de su trabajo constante y ese empeño por salir adelante, Yahir ya logró comprar una motocicleta que le sirve para trasladarse de su casa al trabajo diariamente. Y lo mejor es que, en ese mismo vehículo, es en el que se va a El Bledal, Altata o a Bachoco para ofrecer su mercancía.

“Ahorita gracias a Dios ya me compré una moto, para que la gente no batalle y vaya hasta Navolato, yo les llevo la ropa a su casa, se las dejo fiada y ahí me la van pagando”, dice con una sonrisa.

Yahir no es ningún conformista, entre sus planes se encuentra terminar la preparatoria y empezar sus estudios de Finanzas, así como en un futuro abrir una tienda de mayoreo, para que como dice “que la gente compre la ropa a precios justos”.

Aunque la vida no ha sido fácil para él, dice que la clave para el éxito es primero pensarlo. “No importa que tengas 17 como yo tenía cuando empecé, la gente tiene que pensar en que todo se puede lograr, nada más echarle ganas y los sueños se vuelven realidad”. Yahir Zazueta ya tiene bien puestos los pantalones en el negocio de la ropa, y tiene pantalones fiados para que otros se los pongan. Es un nuevo emprendedor de Altata.