Su testimonio previene contra el cáncer. Es un ejemplo de perseverancia en la lucha contra una enfermedad que ataca sin consideraciones.

Don Cipriano Ayala Montes, es un hombre trabajador. A sus 68 años, continúa realizando las faenas del campo, propias de un hombre cabeza de familia. Sin que estuviera en su plan de vida ya es un mensajero contra el cáncer de próstata.

Allá en Estación Obispo, es un ejemplo para otros habitantes, por la bondad y gentileza que lo caracteriza.

Hace apenas tres años, Don Cipriano, acudió a realizarse algunos estudios clínicos de rutina. En dichos exámenes, “casualmente”, estaban incluidos los resultados de la prueba de antígeno prostático, esa que se realizan los caballeros para detectar enfermedades como cáncer de próstata.

¡Cuál va siendo su sorpresa!, que dichos estudios indicaban un nivel elevado al rango normal. Por lo que su médico le pidió ir en busca de un especialista.

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Ahí, fue donde empezó su peregrinar. Llegó a Culiacán, encontró a un urólogo que le orientó y en su primera cita, el galeno le confirmó que había un tumor en la próstata.

Don Cipriano recibió atención en el Instituto Sinaloense de Cancerología en donde le realizaron estudios más precisos para confirmar su diagnóstico.

Ese que nadie quisiera escuchar. Pasaron los días y ante la incertidumbre de recibir un resultado adverso llegó el gran día, Don Cipriano y su familia iban con la esperanza de que el resultado de la biopsia diera negativo.

Sin embargo, el médico solo confirmó que el cáncer de próstata, estaba presente.

Con la mejor de las actitudes, Don Cipriano enfrentó su nueva realidad. Someterse a una cirugía para extirpar la próstata y así erradicar el cáncer, o dejarse vencer sin empezar a luchar.

“Yo soy un hombre de rancho, y sé, lo que es pasar aprietos. ¿quién quiere sufrir?, nadie. Por eso yo les digo a mis amigos, a mis compadres; Chéquense. Atiéndanse, Vayan al médico y no sean desidiosos.”, indica con una voz reflexiva y con el deseo de orientar y ayudar a los más necesitados.

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Corridos los trámites de cirugía y un tratamiento continuo mantuvo alejado por un tiempo al cáncer que le ha aquejado.

Don Cipriano se caracteriza por poseer una gran fuerza, esa que no lo deja caer a pesar de las aflicciones. Gracias a que lleva un seguimiento puntual, sus médicos tratantes, detectaron que el cáncer ha vuelto con él.

Sin embargo, la desesperación no ha tocado su puerta. Ahora está iniciando su ciclo de radiaciones en el Instituto de Cancerología.

“Cuando supe que tenía cáncer de próstata le dije al doctor… Doctor, no se diga más. ¡Opéreme! Hoy me dicen que el cáncer regreso y que necesito 35 radiaciones; Solo pensé, ¿cómo le vamos a hacer?, pero no me doy por vencido”, dice con buen ánimo.

Entre las muchas aflicciones y noticias que pudieran ser devastadoras, Don Cipriano recibió un aliento para seguir adelante.

El personal de Encauza acudió a su casa, en Estación Obispo para conocerlo y ofrecerle ayuda. “Gracias a ellos, me realice unos análisis de seguimiento, y hoy están dispuestos apoyarme para que asista a cada una de mis radiaciones”, dice con una sonrisa llena de esperanza.

Para Cipriano el apoyo que Encauza le está brindando es una nueva oportunidad de vida, según sus palabras: “es una nueva oportunidad de recuperar mi salud. Es un camino difícil, pero es muy bonito saber que uno no está solo”, señala frotando sus manos con la fe de que saldrá avante de esta temible enfermedad.

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Asegura que quiere seguir viendo crecer a sus nietos y estar allá, en su rancho querido. Don Cipriano tiene fe de que esta lucha valdrá la pena. Por el hecho de estar aún vivo, sí que ha valido el mérito. Ahora mucho ayuda previniendo a la población acerca del riesgo de cáncer de próstata.