La modista Briceyda Moreno hilvana una vida de perseverancia entre telas, trazos y puntadas
Esta modista tiene una vida dedicada a la costura y la superación personal.
Briceyda Moreno Sicairos, a sus 47 años, es mucho más que una modista de profesión; es una mujer valiente que ha demostrado que su historia de vida se escribe con esfuerzo, amor y dedicación.
Originaria de Eldorado, su vida se conecta con la ciudad de Culiacán, donde encontró su verdadera pasión: la costura.
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Su incursión en el mundo de la moda
Desde jovencita, Briceyda comenzó a explorar el mundo de la moda, pero no fue sino hasta los 24 años que se sumergió de lleno en la costura. La historia de esta mujer trabajadora se nutre de experiencias marcadas por decisiones difíciles.
Con una sinceridad a flor de piel, Briceyda comparte para Tus Buenas Noticias que, aunque no le gustaba la escuela, su padre la instó a hacer algo más.
Así fue como, inicialmente, se vio obligada a tener la responsabilidad de dirigir una tienda de abarrotes en su domicilio familiar, una experiencia que no llenó sus expectativas y la impulsó a regresar a los salones de clases.
"No me gustó la tienda, todo el día estaba esclavizada y no me ayudaba nadie, ni el fin de semana. Así que cambié de opinión y le dije a mi papá que sí iba a estudiar algo", recuerda Briceyda.
Fue entonces cuando tomó la decisión de estudiar Corte y Confección en Eldorado. Con un toque de humor, relata que al principio lo hacía para evitar trabajar en la tienda familiar, pero con el tiempo, la costura se convirtió en su vocación.
Con apenas 17 años, Briceyda se mudó a Culiacán. Estudió en el Instituto México, graduándose a los 19 años. Sin embargo, en ese momento no se dedicó por completo a la costura, optando por trabajar en una papelería. Al paso del tiempo se dio la oportunidad de enamorarse y contrajo matrimonio.
A pesar de las responsabilidades como madre de tiempo completo, encontró en la costura una válvula de escape.
Con el paso del tiempo, la necesidad de ocupar su tiempo la llevó a trabajar en un taller cercano a su hogar, y así comenzó su trayectoria como modista. Aunque el camino no siempre fue fácil, Briceyda nunca dejó de trabajar, incluso tras su divorcio cuando sus hijas, Dayanna y Danna, eran pequeñas.
"Tenía a mis niñas pequeñas en casa y aquí hacía las confecciones. A ratitos era difícil porque cuando estaban bebés, era complicado por la atención", comparte Briceyda.
Ejemplo de lucha
La lucha por mantener a sus hijas la llevó a trabajar con diseñadoras y en fábricas de costura. La pandemia trajo consigo desafíos, pero también una revelación: trabajar desde casa le brindaba una estabilidad que nunca había experimentado.
A pesar de los obstáculos, Briceyda ha creado una carrera exitosa como modista, especializándose en ropa femenina, y llegando incluso a confeccionar vestidos de novia y quinceañera.
Su taller en casa no solo es un espacio de creación, sino también un refugio que le permite cuidar de Dayanna, la mayor de sus hijas que enfrenta una enfermedad que han enfrentado juntas y con valentía, gracias al apoyo incondicional de sus amigas y comprensión de sus leales clientas.
Sin lugar a dudas, la vida de Briceyda no ha sido sencilla, pero se ha convertido en un ejemplo de superación, perseverancia y amor por su oficio.
Entre telas y agujas, esta modista ha bordado una vida llena de significado, dejando una huella imborrable en cada puntada con la que da forma a sus creaciones.
En cada entrega hay una experiencia que ha marcado su camino, la de sus hijas y la de su comunidad en Alturas del Sur.
Los días cobran sentido cuando hay motivos de lucha, entre telas, trazos y puntadas, Briceyda Moreno hilvana una vida de perseverancia. Una válvula de escape y un apoyo a su economía. Las clientas de Briceyda confían en su talento y hace hermosas creaciones.