“No vivas experiencias en cabeza ajena”, ¿has escuchado esta frase alguna vez? Qué pasa si la aplicamos en las drogas, por probar quizá no te pase nada, o bien, perder 15 años de tu vida en un vacío que amerita mucho esfuerzo por salir. José Manuel Acevez comparte cómo un drogadicto puede convertirse en un ‘héroe’ para personas en esta condición.

“A mi me preguntan y me dicen: ‘hey wey ¿apoco no te has cansado de ir a un grupo, de ir a compartir, de ir a ayudar, no te has cansado de la vida que llevas?’ NO ME HE CANSADO, para mi parece que fue ayer cuando dejé el alcohol y la droga; para mi ha sido lo mejor que me ha pasado, tengo todo en la vida para ser feliz, yo no veo el caso para qué retroceder”, con orgullo afirma José Manuel Acevez.

Ve su testimonio a continuación

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Sus hijas le dieron la espalda, como él lo hizo antes con ellos, la muerte de su padre, los comentarios de su madre sobre su cambio de actitud y aspecto, así como la indiferencia de las personas, fueron las señales que le mostraron que había tocado fondo.

José Manuel siempre quiso ser doctor, y tuvo la pasión e interés por lograr su cometido, sin embargo, una vez que probó las drogas, no contó con la pérdida de voluntad que sufriría en este caminar. Y con la ruina económica que deja el consumo de drogas ni para consulta de doctor le alcanzó en la vida.

Las drogas no sólo arruinaron su sueño, también provocaron un cambio en su rostro, en su físico y hasta en su forma de ser, pero él no se daba cuenta hasta que un día su hija mayor le dijo “es que queremos que cambies”.

Tales palabras resonaron en la mente de José Manuel y en su afán por descubrir la verdad, encontró que sus hijas no querían que las recogiera en la escuela porque les daba vergüenza que los vieran así como andaba. Una confesión que fue como un balde de agua fría, o quizá una puñalada en el corazón.

Fue así como empezó su camino de recuperación. El amor por sus hijas lo invitó a salir de esta prisión, pues no le quedaba de otra, “ya estoy en el suelo y ya escarbé para abajo, y abajo no hay nada, tienes nomás una opción… levantarte”.

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No obstante, decir esas palabras le tomó 15 años, y ese tiempo, que lamenta haber perdido, le costó la niñez de sus hijas y no recordar el sepelio de su amado padre.

A pesar de la culpa, José Manuel Acevez no buscó refugio en las drogas nuevamente, prefirió acercarse a un grupo de apoyo para encontrar una salida. Y cuando tenía días difíciles, le bastó el recuerdo de su padre para no rendirse.

Hoy, el recuerdo de su padre lo motiva a no tirar la toalla pues sabe que desde el cielo estaría contento de su esfuerzo por ser un mejor hijo, un mejor padre y un mejor esposo. Y gracias a sus esfuerzos, la idea que sus hijas tenían de él cambió. Pasó de ser un drogadicto a ser “el mejor papá del mundo”, a ser “su héroe”.

Dejar las drogas en el pasado no es una tarea fácil mas no es imposible. José Manuel lo sabe y por tal motivo, sigue acudiendo a los grupos de ayuda a echarle la mano a personas que viven lo que él ya vivió y les recuerda que “hasta ahorita, no hay nadie que tenga una ganancia por consumir una sustancia”.

“¿No pasa nada?” se pregunta la asociación Malala Academia en relación a los efectos de las drogas en los jóvenes, en sus familias y en su ciudad. Y para mostrar la realidad de este mundo, nos comparte el testimonial número veinticuatro, de la segunda temporada de la serie.

Con esta campaña de prevención, Malala Academia busca generar conciencia sobre el consumo de drogas, el daño que provoca, y todo lo que pierden las víctimas de las drogas.

De esta manera, exhorta a la sociedad, medios de comunicación e instituciones a sumarse para disminuir los niveles de drogadicción en México. Y tú, ¿crees que “No Pasa Nada”?.