Gabriela Cervantes desea que a través de sus imágenes, las personas de fuera que compran su trabajo, se vayan con un punto de vista diferente de lo que es Culiacán.

Su gusto por la fotografía nació cuando estaba en secundaria, precisamente con su abuelo, porque él tenía un Atlas de muchos lugares. Desde entonces, creció imaginando que algún día estaría tomando esas fotografías. Hoy, ese sueño se ha cumplido.

Su maestra de artística, en secundaria, la alentó a dedicarse a la fotografía, porque decía que tenía “buen ojo”. No se equivocó la maestra, fue hasta hace cinco años, cuando entró de lleno al tema profesional del arte fotográfico.

Gabriela Cervantes, antes de dedicarse a la fotografía, trabajó en el sector de la moda como gerente en varias tiendas de Culiacán. Cansada de no tener vida social, de horarios rutinarios, comenzó su ruta por el emprendimiento personal.

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Todo empezó como un hobby, sus amigos le comentaban que tomaba bonitas fotos, con su celular, y posteriormente decidió adquirir su primera cámara para continuar con la fotografía. Rápidamente las personas la empezaron a reconocer, por el tipo de fotografías que tomaba, pues veían en ellas, un Culiacán diferente. Era lo que ella buscaba transmitir.

De ser un hobby, ahora era un negocio viable, logró visitar Perú, gracias a la venta de sus fotografías.

Aunque lo pensó como un experimento, en su mente jamás pensó que seguiría haciéndolo como hasta hoy, seguiría visitando otros lugares del país y del mundo.

“Y aquí estoy, gracias a las fotografías, las empecé vendiendo en 10 pesos en formato postal, y me di cuenta que cuando vas a otro lugar, las personas te apoyan porque se identifican contigo, porque la mayoría te dice, hay yo también quisiera hacer eso”, comenta Gabriela.

La venta de fotografías le permiten tener hospedaje, alimentos, viajar, conocer personas. Confiesa que el oficio le ha abierto el corazón de muchas personas.

Con la virtud captada en sus fotografías desea que a través de las imágenes, las personas de fuera que compran su trabajo, se vayan con un punto de vista diferente de lo que es Culiacán.

Gabriela considera que Culiacán “tiene mucho que ofrecer a los turistas, no solo se trata de narcocultura”. Sus proyectos se basan en resaltar los lugares bonitos y emblemáticos, para cambiar la perspectiva de la ciudad.

“Mi misión es esa, es que cuando venga un foráneo a la ciudad, se vaya con un sabor de boca bien diferente y que nos recomiende, que diga, vayan a Culiacán la gente es bien amable y bien chila”.

Encontrando historias

Cuando Gabriela viaja lo primero que visita son los mercados, porque para ella son el punto de encuentro, ahí se reúnen cientos de personas con cientos de historias que contar; a ella le ha funcionado. Habitantes de esos lugares la guían para saber qué lugares visitar.

“Entonces el mercado es mi punto base y ya de ahí me dejo llevar, pero la mayoría, aparte del mercado, son las iglesias, son lo primero que visito”.

Confiesa que la fotografía de paisaje es una de sus favoritas, pero tiene una conexión y pasión por la fotografía de rostros, en la que capta a las personas y cuenta una historia a través de cada imagen.

“Cuando se trata de retrato en persona, me atrapa mucho su mirada, para mí la mirada es el espejo del alma, entonces siempre que observo a una persona, siempre me enfoco en sus ojos y si sus ojos me proyectan algo, como un sentimiento les tomó la foto y después le saco una plática para saber quiénes son, para conocer un poquito de su historia”.

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Y aunque todas sus fotos son muy especiales para ella, no tiene ninguna favorita, cada una cuenta una historia, que se queda en ella.

Gabriela Cervantes, mejor conocida como @Gabybunda en su cuenta de Instagram, actualmente cursa el tercer año de la carrera de fotografía y producción de video en la escuela de Artes Plásticas de la UAS.

Dice sentirse muy feliz y contenta de haber sido seleccionada por primera vez en una exposición por parte del Instituto Sinaloense de la Cultura, gracias a unas fotografías que tomó durante la pandemia en 2020.

La joven Gaby, disfruta de su trabajo, sentada en una banca, al aire libre, en el centro de la ciudad, una mesa expone sus obras de arte al público, siempre con una gran sonrisa, atiende personalmente a cada persona que se acerca a ver su arte. Una mirada la conecta con el arte, una fotografía la conecta con el mundo. Son los otros ojos que miran Culiacán.

Se define con mucha pasión y chispa por dar a conocer su ciudad.

Gaby es una sinaloense por el mundo, captando historias para contar.

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