Paola De la Rosa es un ejemplo vivo de que ser fiel a uno mismo puede abrir puertas donde antes parecían cerrarse. Con diez años de experiencia en la docencia, su camino la ha llevado desde las aulas de primaria hasta la Universidad Tecmilenio; un viaje marcado tanto por la pasión por enseñar como por la búsqueda de un lugar donde pudiera ser ella misma.

En su etapa anterior, en una institución prestigiosa del municipio de Metepec, Paola enfrentó críticas por su apariencia: un peinado no convencional y varios tatuajes. La presión para ocultar su estilo personal fue intensa, hasta el punto de que la escuela la obligó a cambiar su imagen. Esta experiencia, desalentadora y restrictiva, llevó a Paola a tomar la decisión de buscar un ambiente más acogedor.

La oportunidad llegó con la Universidad Tecmilenio. Durante su entrevista, inicialmente ocultó su peinado y tatuajes, pero en un momento de valentía, reveló su auténtico estilo. La respuesta de los entrevistadores, fue un simple "¿Y qué?", seguido de hablarle sobre la cultura de inclusión y diversidad en la Universidad, fue un momento decisivo. Ese gesto de aceptación marcó el comienzo de su etapa en Tecmilenio, donde ahora lleva casi cuatro años enseñando sin sentirse juzgada.

En Tecmilenio, Paola no solo encontró un lugar de trabajo, sino un espacio donde su individualidad es valorada y respetada. Su historia es un recordatorio de la importancia de encontrar un entorno laboral que no sólo acepte, sino que celebre la diversidad y la autenticidad. Paola continúa inspirando a estudiantes y colegas, demostrando que la verdadera enseñanza abraza la individualidad y enriquece tanto la experiencia educativa como la vida misma.

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