Argentina.- Este fin de semana una joven emprendedora y su mamá recibieron un pedido de pizzas y empanadas, pero cuando fueron a realizar la entrega de su producto se percataron que había sido una broma y no pudieron entregar el alimento. Ante la indignación madre he hija decidieron que lo mejor de todo era donar las pizzas al hospital Heller, en Neuquén, Argentina.

Fue el domingo 19 de junio que Claudia y Tamara, dueñas de un local de pizzas llamado “Estamipizza”, recibieron un telefonazo donde les hacían un pedido de 20 pizzas para una empresa que se encuentra ubicado en un barrio de la ciudad de Neuquén.

Tamara contó que su madre recibe los pedios y ella realiza la elaboración del producto. La joven revisó si contaba con todos los ingredientes necesarios para realizar las 20 pizzas pero notó que no tenía las cantidades que le pedían, por lo que le ofreció 17 pizzas y 4 docenas de empanadas de jamón y muzzarella.

“Ya estaba terminando la jornada laboral y dudamos en tomarlo, pero cuando hable con él, se lo escuchaba un hombre serio que se notaba estaba con más gente alrededor”, relató.

La emprendedora Tamara trabajó por casi dos horas para poder cumplir con el pedido. “Trabajamos todos, mi familia, mi novio, el repartidor porque eran muy grande el encargo”, explicó.

Pudieron terminar de cocinar pasadas las dos de la mañana. Dividieron la comida entre el auto del repartidor y el novio para que todo llegue en condiciones y partieron hacia el lugar. Cuando llegaron a la dirección indicada, los recibió una persona que les dijo que no había nadie trabajando y que él no había hecho ningún pedido.

Tamara intentó comunicarse con el supuesto comprador, pero este le rechazaba las llamadas y por si fuera poco se dio cuenta que les habían hackeado la cuenta de Mercado de Pago en una de las supuestas transacciones.

“Era un número que arrancaba con 011 (característica de Buenos Aires), nos dicen que puede tratarse de los presos que llaman desde las cárceles, porque es demasiada coincidencia”, observó Tamara.

Tamara relató que al darse cuenta de lo que les habían hecho se sentó en el auto junto a su novio y su hijo pensando en qué hace, se le vino a la mente una idea y hacer algo bueno por los demás.

“Respiré, llamé a mi mamá que estaba en el auto del repartidor y le dije: vamos al hospital, vamos a donar todo. No se puede guardar y a esta altura no vamos a vender nada. Llevémoslo al hospital”, dijo.

Llegaron al Hospital Heller y entre todos bajaron las cajas a la guardia. “No lo podían creer, porque al estar desde hacía tantas horas de guardia, algunos tenían hasta doce horas sin comer nada”, explicó emocionada.

Gracias a la donación, el personal que trabajaba y hasta algunas personas que estaban esperando ser atendidos y otros que estaban cuidando pacientes internados pudieron comer. “Es bueno saber que de algo tan malo pudimos hacer esto por los demás. Nosotros ya podremos reponernos”, reflexionó Tamara.

Posterior al engaño e intento de estafa que sufrió, el video que grabó una trabajadora del hospital Heller se hizo viral. En diálogo con Diario Río Negro, Tamara contó que cientos de personas se comunicaron para colaborar desde algún lugar. “No podemos creerlo todavía. Todos los mensajes y llamadas. Fue algo increíble”, contó. Aclaró que no quieren recibir dinero. “Lo del hospital fue algo de corazón. La mejor manera para ayudarnos es que conozcan lo que vendemos”, explicó la emprendedora que prepara los platos de comida en Gregorio Álvarez.

 

 

 

 

 

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