Según Luis Miguel Román Lira, un profesor del Tecnológico de Monterrey, "Juntos somos más poderosos que separados". Esta filosofía, ha dejado una impactante huella, inspirando a los jóvenes a su alrededor a superarse y crecer no solo individualmente, sino también con quienes los rodean.

Luis Miguel, nacido en Morelia, Michoacán, vivió sus primeros años en medio de un amor y un ambiente familiar que sentaron las bases para su futuro. Sin embargo, la vida tenía otros planes. Su padre, un agente de ventas, los trasladó a Torreón en busca de nuevas oportunidades. Fue allí donde Luis Miguel comenzó su trayectoria educativa, completando la primaria, la secundaria y la preparatoria.

Desde temprana edad, Luis Miguel se adentró en el mundo del fútbol, un deporte que se convirtió en su pasión. Fue el talento que su padre vio en él lo que lo llevó al campo a los 10 años, entrenando con el equipo del Atlas Fútbol Club y persiguiendo su sueño de convertirse en un jugador profesional.

Pero la vida tiene su forma de guiar nuestros pasos, y fue después de terminar la preparatoria cuando Luis Miguel tomó una decisión que cambiaría el juego por completo. Dejó atrás su sueño de ser futbolista y se dedicó tiempo completo  a sus estudios. Aunque fue muy difícil esta decisión lo llevó a obtener una beca deportiva en el Tecnológico de Monterrey, y de esta manera logró estudiar las carreras de Ingeniería Industrial y Administración de Empresas.

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Él es un ejemplo de cómo la determinación y el valor para tomar decisiones complicadas pueden cambiar el rumbo de nuestros sueños. Luis Miguel, con una gran pasión por el fútbol, soñó con una carrera dentro de un campo. Sin embargo, conforme avanzaba en sus estudios, se dio cuenta de la importancia de equilibrar sus aspiraciones deportivas con un compromiso con su educación.

La historia de Luis Miguel es un testimonio de cómo el camino hacia el éxito puede tomar giros inesperados. Su transformación de futbolista a  profesor demuestra que las elecciones valientes pueden tener un impacto duradero. Su legado trasciende los límites del salón de clases, mostrando a sus estudiantes que la unión y la colaboración pueden llevarnos más lejos de lo que jamás podríamos llegar solos.

A través de su ejemplo, Luis Miguel empodera a los jóvenes a ver la grandeza en sí mismos y en aquellos que los rodean. En un mundo donde las trayectorias pueden cambiar y evolucionar, su historia es un recordatorio de que la influencia positiva que ejercemos en otros es importante y valiosa

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