¿Qué pasaría si a temprana edad tus padres se enteran que perderás la vista y no podrás apreciar la belleza del mundo? Quizá sea una posibilidad remota para muchos o una pesadilla. Sin embargo, para Ulises Martínez, el vecino de la colonia El Coecillo en León, Guanajuato, fue una realidad. Como madre, al escuchar que tu hijo padece de cáncer, sería motivo de desesperación.

Su madre le advirtió que no sería fácil, Ulises se adentraría a una guerrera que le enseñaría a no ser una víctima, a no rendirse sino una persona dispuesta a enfrentar cualquier adversidad con valentía y honor. Asimismo esto no le ha impedido ser fabricante y diseñador de zapatos. 

“Me dedico a la elaboración del calzado, y ahora sí que orgullosamente soy de aquí del Coecillo, aquí donde nacimos y de dónde es mi familia. Yo tengo discapacidad visual, soy ciego total (…) para mí esto del calzado ha sido algo complicado porque mucha gente no cree lo que podemos realizar. Me he enfrentado a que cuando te ofrecen hacer una maquila, yo les he dicho que sí, se supone que ya tienen el diseño, lo que quieren elaborar, y cuando te ven, que sabes que eres tú, te ponen muchos peros, me acaba de suceder eso”, contó Ulises en una entrevista a Correo (Ortíz, 2023).

Ulises se dedica a fabricar zapatos escolares bota, huarache, o cualquier diseño que le parezca un desafío, muchas personas dudan de su capacidad para hacer las cosas, sin embargo, él no está solo, junto a la ayuda de sus familiares y empleados su trabajo es posible. Su forma de elaboración de un zapato es muy interesante la cual es la siguiente: el trabajador corta material para el zapato como cualquier otra persona. Toma el exacto y corta el celastec que le da forma al casco y contrafuerte, en este caso la punta y la parte de atrás de un zapato escolar. Todo eso sin cortarse ni lastimarse, haciendo cortes casi perfectos. También le da forma las cajas de cartón para empaquetar el calzado, las dobla sintiendo cada una de las pestañas y las deja listas para guardar el zapato”.

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Conforme iba creciendo y aprendiendo en el mundo de los zapateros, Ulises conoció una persona le enseñó a elaborar materiales para zapato, para Ulises este hombre que era su amigo y maestro, le compartió sus conocimientos entre risas y horas sentado en el banco cortando pieles para crear zapatos, además con su gran imaginación hace los cortes, asimismo aprendió el más importante el celastec, para así no depender de nadie, esa es la forma de aprender de Ulises, la imaginación y varias veces de práctica. Junto a sus 5 trabajadores y su familia lograron sacar adelante su negocio de zapatos en “El Coecillo”.

Esta historia tan conmovedora de una persona con discapacidad visual, ha demostrado que si tienen una gran imaginación y actitud para hacer las cosas, nada puede contra tí. Aunque las personas duden de su capacidad, lo que hace a Ulises único es su trabajo, no cualquiera podría hacerlo de la forma que lo hace, además su único límite es su imaginación y para eso no tiene fin. Ulises vive con su mujer a los 39 años llamada Tere, que le ha llenado su vida de mucha felicidad y un gran soporte a su fuerza de voluntad. Así, su matrimonio le pone paso firme a la vida.

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