Esther le pone su sazón veracruzano a la birria en Alturas del Sur
Hace 16 años vende birria estilo sinaloense pero con un pequeño toque de su natal Veracruz
Culiacán, Sinaloa.- Esther Morales Sánchez tiene dieciséis años radicando en Culiacán. Específicamente en la colonia Alturas del Sur. Llegó acompañando a su esposo quién de Chiapas fue transferido a Culiacán como soldado.
Al llegar a la capital de Sinaloa, para ella todo era nuevo. La cultura, la forma de hablar, las expresiones, la música y hasta el sazón en los alimentos.
A pesar de haber transcurrido tanto tiempo, en el corazón lleva el añoro de su madre y abuela que se quedaron en aquella tierra.
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Fueron aquellas dos mujeres quienes le transmitieron no solo amor por su tierra, sino la sazón que una lleva a donde vaya.
Estando en Culiacán, para Esther fue complicado adaptarse. Sigue suspirando por aquel quesillo en hebra, el que según ella, es hecho con “leche de verdad”.
Pero el destino y un soldado la trajeron hasta esta tierra que ha aprendido a amar.
“Cuando llegamos a Culiacán yo no tenía ni idea de qué había, de su gastronomía, de su clima. Llegué cargando a mis dos hijos chicos y hoy son adultos”, dice con una sonrisa.
Porque además de sus hijos, trajo con ella la ilusión y el deseo de progresar.
Al poco tiempo, tuvo la oportunidad de entrar a trabajar a una fonda, en donde aprendió a preparar algunas comidas de la región.
No solo eso, aprendió lo que era una verdadera amistad. Conoció a Claudia, una joven que siempre ha estado para ella y que con quien llegó a asociarse para tener su propio “negocito”.
“Hace algunos años empecé junto con mi amiga Claudia un negocio de birria sinaloense. Yo no sabía nada, ella hacia la birria y yo me dedicaba a echar las tortillas, a la gente le gustaba mucho y empezaban a venir”, dice Esther.
El sueño de emprender llegó a convertirse en realidad para ella y su amiga, “La guayaba y la tostada” fue una realidad.
Ese nombre chusco le ha traído muchos clientes. Por curiosidad varias personas llegan a probar.
“Empezamos con a penas una mesita de madera, una hornilla, un comal y cuatro sillas. No fue fácil. Los primeros días vendíamos 4 kilos de birria. Ahora vendo hasta 18 kilos en un día”, dice con orgullo.
Así es como sin conocer la sazón sinaloense, Esther tomó valor y la enseñanza de Claudia. Aprendió de ella su receta y con el paso del tiempo la fue perfeccionando. Le puso más sabor a Veracruz y ya es un éxito en Alturas del Sur.
Hoy Esther es una emprendedora muy apreciada. Vende su birria con un toque distintivo y además es un ejemplo de perseverancia y lucha diaria.
Para birria, la de la guayaba y la tostada. Esa que tiene el sabor de Sinaloa con un acento de Veracruz y sus costumbres. Un emprendimiento creativo que deja un buen sabor de boca.
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