Naty es la mujer que hace florecer la vida en el Parque del Camino
Hace 20 años inició con la labor de embellecer el parque frente a su casa.
Culiacán, Sinaloa.- En el tranquilo fraccionamiento Del Camino, donde el tiempo parecía haberse detenido, reside una historia de perseverancia y amor por la naturaleza que ha florecido durante dos décadas. María Silva Sánchez, conocida cariñosamente como Naty, es la fuerza vital detrás de la transformación de un parque que alguna vez yacía en el abandono.
"Primero eran unas bodegas y estaba todo abandonado", recuerda Naty con una chispa de determinación en sus ojos. "Hasta que un día decidí acondicionar y darle valor a ese espacio desperdiciado".
En un mundo que a menudo olvida la belleza de la naturaleza, Naty se aferró a su amor por las plantas y la armonía y plenitud que florece en ellas.
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"Será que a mí me gustan mucho las plantas y ver todo con flores, que haya vida. Y que le dé alegría porque los colores nos dan buena vida", dice.
En esos días, Naty trabajaba en un colegio, cuidaba a sus hijos y, al regresar a casa, se entregaba a su pasión por el parque. "Si yo vivo aquí, ¿por qué lo voy a dejar caer?", se preguntaba. Así comenzó su viaje de casi 20 años como la cuidadora y embellecedora del Parque del Camino.
Naty no está sola en su empeño. De la mano de Parques Alegres IAP, ha construido un pequeño ejército de apoyo a lo largo de los años. "Soy la que le da mantenimiento y acarrea plantas y consigue donaciones, y bendito Dios, la gente me apoya", comparte con gratitud.
Vivir en el fraccionamiento Del Camino durante 24 años le ha brindado a Naty la oportunidad de conectarse con sus vecinos y forjar lazos que trascienden lo material.
"Aquí he aprendido que vale más una amistad que el dinero. Porque si eres amable y generosa, esas mismas personas te ayudan". En su papel como gestora, Naty no solo embellece el parque, sino que también ayuda a las personas necesitadas en la comunidad. "Con que las personas reciban el apoyo y beneficio, con eso me siento bien. Mientras está en mis manos, yo ayudo".
Su historia está llena de momentos de superación. Desde la temprana edad de 14 años, Naty se encontró liderando y tomando decisiones en su familia debido a la confianza que su padre depositaba en ella. "Somos 13 hermanos. Yo soy de las del medio y mi papá siempre se inclinaba conmigo", recuerda con cariño. Incluso cuando se enfrentaba a obstáculos, como la resistencia por ser mujer en un mundo dominado por hombres, Naty seguía adelante con determinación.
La vida también la ha enfrentado a momentos de dolor. Cuenta para Tus Buenas Noticias que hace tres años, perdió a su hermana mayor en una lucha valiente contra el cáncer de mama. Durante dos años, ella estuvo al lado de Josefina, su hermana, ofreciéndole apoyo inquebrantable. "Yo no la dejé de la mano y se sentía segura y protegida por mí. A donde la llevara, ella iba". Su espíritu de ayudar se extendió más allá de su familia y tocó las vidas de muchas personas en el hospital. "La gente me decía que era su ángel. Las alas de ese ángel alcanzan para cubrir a otros", recuerda con honra.
Naty es una verdadera luz en su comunidad. Con su amor por la naturaleza y su deseo inquebrantable de ayudar, ha demostrado que, a veces, las personas más simples pueden hacer una diferencia extraordinaria. "Siempre he tenido ese don de que me gusta ayudar", dice con humildad.
Es una inspiración para todos en El Camino. Recuerda a todos que, en un mundo con frecuencia tumultuoso, el amor y la dedicación pueden dar vida a la belleza y la esperanza en lugares inesperados.
Su historia es un recordatorio de que la empatía y la compasión son fuerzas poderosas que pueden transformar vidas. Naty no ha logrado solo transformar un lugar baldío en un parque, ha logrado florecer entre espinas y abrojos. En el fraccionamiento Del Camino desde hace 2 décadas Naty echó raíces, lo que ahora representa es la belleza y aroma del florecimiento.