Emprender en tiempos difíciles: La historia de Mariela Angulo y su negocio de productos de limpieza
En momentos de crisis económica, debido a la inseguridad, Mariela apostó por la venta de productos de limpieza en la colonia Los Mezcales
En medio de la crisis de inseguridad que afectó a Culiacán en septiembre pasado, cuando la incertidumbre sacudió al sector comercio, Mariela Angulo, una joven de 35 años, encontró en el emprendimiento la llave para abrir una nueva puerta.
Desde su hogar en la colonia Los Mezcales, Mariela vio una oportunidad en la venta de detergentes y líquidos de limpieza a granel, un negocio que no solo le permitió mantenerse a flote, sino también salvar su estabilidad económica y emocional, junto a su familia.
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“Todo empezó cuando la crisis de seguridad impactó nuestras vidas. En ese momento se me terminó el producto de jabón de uso personal, y con los gastos apremiantes tuve que decidir entre comprar comida o productos de limpieza”, recuerda Mariela.
La joven había usado anteriormente líquidos de limpieza a granel en una lavandería que manejó tiempo atrás. Esa experiencia despertó la idea de iniciar un nuevo negocio.
De la necesidad al emprendimiento
Mariela comenzó probando los productos de limpieza que adquiría con un proveedor confiable. Al notar su eficacia, empezó a ofrecerlos entre amigos y vecinos a través de redes sociales como WhatsApp y Facebook.
El resultado fue inesperado: “Me di cuenta de que mucha gente compartía la misma necesidad que yo. En poco tiempo, no me daba abasto para surtir y entregar”, cuenta.
Conforme la demanda creció, Mariela decidió establecer un punto fijo para su negocio. Desde noviembre, instaló su venta de detergentes frente a la Primaria Justo Sierra, por la avenida Obregón, en la colonia Los Mezcales.
“Ha funcionado muy bien porque muchas personas buscan productos económicos y de buena calidad, algo difícil de encontrar en los supermercados”, explica con entusiasmo para Tus Buenas Noticias.
La satisfacción del cliente como motor
Uno de los mayores logros para Mariela es la lealtad de su clientela. “Desde el primer cliente que vino a comprarme, ha vuelto. Eso me llena de satisfacción porque significa que les gusta el producto”, dice con una sonrisa.
Aunque admite que no todo ha sido sencillo, el 80% de las personas que prueban sus productos regresa, lo que valida la calidad de su oferta.
El siguiente paso en su proyecto es fabricar los líquidos de limpieza ella misma para ofrecer precios aún más competitivos. Con este objetivo en mente, Mariela ya está buscando capacitación y recursos.
Un negocio que salva más que economías
El impacto de este emprendimiento va más allá de lo económico. Mariela relata que su nuevo negocio la rescató emocionalmente durante uno de los momentos más difíciles de su vida, justo cuando su principal fuente de ingresos, un lavado de autos se venía abajo.
“Yo como emprendedora enfrenté semanas donde el lavado y detallado de autos, nuestro otro negocio familiar, dejó de generar ingresos. Era frustrante no poder cubrir los gastos de los trabajadores ni la renta. Este negocio del jabón me salvó de caer en depresión”, confiesa.
Hoy, el negocio de lavado de autos se está recuperando paulatinamente, pero el emprendimiento de los detergentes sigue siendo el principal sustento de su familia. Junto a su esposo Jesús Fortino, su hijo de 12 años y su hermana, Mariela ha encontrado un nuevo equilibrio.
“Es un trabajo de todos los días, pero verlo crecer es muy satisfactorio”, comparte.
Un día en la vida de Mariela
Su jornada comienza a las 9 de la mañana y termina cerca de las 7:30 de la tarde. De lunes a sábado, Mariela atiende su negocio de detergentes, mientras los domingos trabaja hasta el mediodía. Su hermana también colabora en el punto de venta, asegurándose de que los clientes reciban un servicio rápido y eficiente.
“El principal reto ha sido ganarme la confianza de la gente. Que vuelvan y me digan que les gustó el producto es la mejor recompensa”, afirma. Su determinación y esfuerzo constante han convertido a este negocio en un ejemplo de cómo las dificultades pueden transformarse en oportunidades.
Lecciones de resiliencia
Para Mariela, emprender no solo ha sido una forma de salir adelante económicamente, sino también una lección de resiliencia y adaptación. “Cuando todo parece derrumbarse, es importante mantener la mente abierta a nuevas ideas y no rendirse”, reflexiona.
A pesar de los desafíos, Mariela se muestra optimista sobre el futuro. Planea expandir su negocio y seguir ofreciendo productos accesibles y de calidad a su comunidad. Además, espera inspirar a otras personas que, como ella, buscan salir adelante en tiempos complejos.
“Este negocio no solo me dio estabilidad económica, también me dio una razón para levantarme cada día con energía y esperanza. Me enseñó que siempre hay una salida, incluso en los momentos complicados”, concluye Mariela con un brillo de esperanza en los ojos.
La historia de Mariela Angulo nos recuerda que, en medio de la adversidad, las personas pueden encontrar formas creativas y valientes de salir adelante. Su ejemplo inspira a su comunidad y demuestra que el trabajo honesto con esfuerzo y dedicación pueden transformar vidas.
