Prisma, deleita con sus tacos de camarón poniendo el sabor del mar en Alturas del sur
Los Tacos Calderón, son un referente de sabor con ambiente.
Culiacán, Sinaloa.- Prisma Guadalupe Calderón Sandoval, es lo que se llama una mujer valiente. Sin pensarlo mucho, aprovechó la oportunidad que la vida le brindaba y hoy, con su negocio de tacos de camarón, se ha convertido en un referente de sabor en la colonia Alturas del Sur en Culiacán, Sinaloa y sus alrededores. Dejó atrás sus temores y encontró en el emprendimiento un deleite y un oficio.
La joven mujer de 37 años, ha tenido una vida de retos y logros personales. Desde su juventud, ha enfrentado desafíos que le han permitido crecer en todos los aspectos de su vida.
Recuerda cuando era tan solo una estudiante de la licenciatura de informática en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Prisma, llegaba a un “mundo de hombres”, en donde a pesar del rechazo que pudiera existir para la inclusión femenina, con valentía daba muestra de su inteligencia.
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“Estudié la licenciatura en informática, era cuando estaba el boom de las computadoras. Era una carrera en donde había muy pocas mujeres. La gran mayoría eran hombres y sí representaba un desafío abrirse camino en una facultad en donde casi no se escuchaba la voz de las mujeres”, reconoce.
Para ella, no fue ningún impedimento, siempre tenía en mente conseguir sus metas. Y en ese entonces, la meta principal era concluir su licenciatura y ser exitosa.
Al graduarse y con el título en mano, consiguió un trabajo en el área de informática de una prestigiada empresa sinaloense.
“Cuando obtuve mi trabajo en Coppel, me sentía muy bien. Estaba siendo exitosa. Era parte de una empresa que me daba estabilidad en todos los sentidos, tenía muy buenas prestaciones. Me sentía segura”, reconoce.
Sabiéndose realizada profesionalmente, da un importante paso en su vida. Decide casarse y con el paso del tiempo, Prisma da a luz a Carlos, su pequeño hijo de 10 años, que ha permitido que sus días sean más alegres y en ocasiones, más desafiantes.
A la vuelta de los años, y con una fractura en el corazón, Prisma se queda a cargo de su hijo. Sin embargo, los desafíos que representan proveer para su hijo, han hecho de ella una guerrera y a su vez, una emprendedora.
“Me animé a emprender. Hace dos años conocí a mi pareja, y mi cuñado, tiene un negocio de birria y, siendo un visionario, me comentó que tenía un punto estratégico para un buen negocio. Lo platicamos y le dije mi idea de establecer una boutique, pero me hizo recapacitar. Todas las personas gastan en comida, y aquí en Alturas del Sur, no había mucha competencia para los tacos de camarón. Así que, con su empujoncito, fue que me animé”, señala con una voz de reflexión y gratitud hacia una persona que le ayudó a ver las oportunidades frente a sus ojos.
Algo que Prisma agradece a su cuñado, fue que le explicara que las ventas no siempre son buenas. Que es un desafío tener en pie un establecimiento, pero que le dará buenos resultados.
Animada y con más motivación que temor, Prisma empezó a hacer todos los preparativos para establecer lo que ella pensaba sería un negocito de venta de tacos y quesadillas de camarón.
Su cuñado, sabiendo que se necesitaba más que buen ánimo, la visitó en su hogar, y empezaron a hacer pruebas de lo que sería el nuevo menú del restaurante de Prisma.
“Mi cuñado me ayudó. Hicimos una prueba y nos gustó. Por ahí en el refrigerador había un chile y me propuso que lo capearamos y sabía rico. Mi hermana hace empanadas y también las hicimos”, Así, Prisma incluía en su menú productos distintos a los que ya se vendían en la zona.
Con gran sacrificio, Prisma inició desde la cocina de su casa. Una freídora, una parrilla, unos camarones, y la esperanza de sacar a su hijo adelante fueron el ingrediente para hacer de sus tacos, una delicia al paladar de sus clientes.
Como en todos los negocios, iniciar no es fácil, sin embargo, para Prisma, la suerte le sonreía. Inició las ventas con el pie derecho, llegaron muchos pedidos y su negocio empezó a ser fructífero.
Se armó de valor, y dejó su empleo de tiempo completo en su empresa para dedicarse al 100% a su propio negocio.
Como una broma del destino, las ventas empezaron a caer. El desánimo, no tocó su puerta y con valentía trabajaba durante más tiempo.
Con la ayuda de sus hermanas Alondra y Ellidijovany, diariamente sacaban el trabajo y poco a poco, la fortuna nuevamente está volviendo a sonreír para esta emprendedora.
Si es cierto, su estabilidad económica no es la misma que tenía años atrás, lo que la mantiene en pie es la esperanza de brindarle un mejor futuro para su hijo. Disponer el tiempo que su familia requiera de ella y, sobre todo, darle una mejor calidad de vida a su hijo Carlos.
Hoy, Prisma es un ejemplo de emprendimiento. Los desafíos no la dejaron con los brazos caídos. Con buen ánimo y el apoyo de su familia se puso a trabajar y piensa seguir haciéndolo para continuar en el camino hacia el progreso.
Con gozo, Prisma reconoce que con el apoyo de Manuel, su pareja es que ha logrado mucho de lo que hoy tiene.
“Manuel me apoya en todo. Este emprendimiento he podido sacarlo adelante gracias a él y a mi familia. Me siento arropada por ellos. Sin mis hermanas yo no hubiera empezado. Sin su apoyo yo no hubiera hecho nada de esto”, reconoce con honra.
Prisma asegura que sí, da miedo emprender, pero son más las satisfacciones que se adquieren en la vida.
“Tengo que pensar en todo. Es mucha carga emocional, pero nunca he dicho voy a cerrar. No está en mi mente cerrar. Yo sé que así son los negocios. Mientras me dé para surtir, pagar sueldos y mantener a mi hijo, es suficiente”, dice con valor.
Así, con sus chiles rellenos de camarón, empanadas y tacos gobernador, Prisma es un ejemplo de tenacidad. Con un coctel de esfuerzos lleva el sabor del mar al corazón de Alturas del Sur. Una delicia sin límites en un concurso de sabores marinos estilo Sinaloa.
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