Culiacán, Sinaloa.-  Cuando se habla de talento, la historia de Víctor Javier Pérez Montes es un recordatorio elocuente de que este puede manifestarse en los lugares más inesperados y en los momentos menos predecibles. A sus 44 años, este escritor ha tejido una narrativa que va más allá de las páginas de sus libros; es una crónica de descubrimiento, resiliencia y triunfo.

Víctor inició su relación con las letras de manera temprana, en Mazatlán, su hogar junto a sus padres y dos hermanas. "Siempre tuve el interés", confiesa para Tus Buenas Noticias, y asegura que, desde los 8 años, cada libro que caía en sus manos era devorado por su insaciable curiosidad. La escritura y el dibujo eran sus pasiones de infancia, un destino marcado por sus propias manos.

Sin embargo, en secundaria, la rebeldía lo alejó de su pluma. Fue en el Instituto Cultural de Occidente, durante la preparatoria, donde un cambio de rumbo le aguardaba. Aunque inicialmente se sintió intimidado por la cultura literaria de sus compañeros, la bondad de estos le abrió las puertas a un mundo más elevado y sofisticado. La música clásica, los libros prestados, y una biblioteca rica en conocimiento desempolvaron su amor por la escritura.

Víctor recuerda esos días con una sonrisa, admitiendo que sus primeros intentos literarios podrían haber sido torpes, pero lo crucial fue el impulso que recibió para continuar.

Con el tiempo, su deseo de ser un escritor más técnico lo llevó a redescubrir la prosa, la narrativa y la ficción. Su estilo, arraigado en la vida cotidiana, se asemeja al del escritor sinaloense Dámaso Murúa, cuya obra le hizo sentirse genuinamente conectado con sus raíces.

El libro que marcó su debut, "El Nacimiento de una Estrella", nació como un proyecto para aliviar la tensión de la pandemia. Publicado inicialmente en internet, estas historias cotidianas resonaron con un público ávido de experiencias compartidas. Su estilo irónico, destinado a hacer reír al lector, se convirtió en su firma distintiva.

El destino jugó su papel cuando, en un viaje de trabajo a Ciudad Juárez, Víctor conoció a un editor independiente mientras esperaba trasbordar en el aeropuerto. Lo que pudo haber parecido casualidad se reveló como una bendición. Aquella oportunidad le abrió las puertas a la publicación formal, proporcionándole la retroalimentación constructiva que necesitaba.

Su familia, su mayor apoyo, incluye a su esposa Carolina Aguilar y sus hijos Ibby e Ian. Juntos, no solo forman un núcleo familiar sólido, sino también promotores culturales, siendo parte integral de Editorial Agua Escondida.

Ese primer hijo literario “El nacimiento de una estrella” es una colección de cuentos donde comparte un poco de su tradición familiar con un toque de humor y esa ironía que lo caracteriza.

Este escritor por convicción e historiador por profesión es un ejemplo de cómo disfrutar la escritura. Su compromiso ineludible es divertirse al escribir y esperar que el lector disfrute este nuevo hábito.

El próximo capítulo de la historia de Víctor ya está en marcha, con otro libro en proceso para el próximo año. Con su pluma afilada y su corazón lleno de gratitud, este escritor recuerda que nunca es tarde para descubrir los talentos escondidos porque, como él lo demuestra, siempre es buen tiempo para triunfar en lo que se ama.

Víctor, es un ejemplo de perseverancia y talento que cada día lleva a la práctica a través de las letras. Para él el cuento es una interpretación de la realidad con las variantes de acomodar los personajes y desenlaces a la libertad creativa. Sus historias nos demuestran que la vida no es un cuento.

cimiento de una estrella” le ha valido para mostrar su talento a los demás.

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