En Villa Juárez, Jorge defiende los pueblos originarios, tiene lengua mixteca y corazón para todas las etnias
Jorge López es nativo de Oaxaca, llegó a Sinaloa buscando educación y ya con Doctorado en Derecho defiende los derechos de indígenas
Villa Juárez, Navolato.- Jorge López Hernández es hablante de la lengua mixteca, originario de Yucuhillo, San Miguel del Progreso, Tlaxiaco, Oaxaca. Llegó a Sinaloa siendo jovencito, buscando una oportunidad de estudios universitarios a bajo costo. Se inscribió en la Facultad de derecho de la UAS y se hospedó en la Casa del Estudiante Marcelo Loya. Las ganas de aprender se le juntaron con las ganas de servir. Ahora con Doctorado en Derecho afianza su vocación de defensor de los indígenas en Villa Juárez.
Desde los años 70s Sinaloa ha sido un estado asilo para migrantes, debido a su especialización en la producción de hortalizas, que es altamente demandante de mano de obra. En décadas, desde el invierno hasta el verano recibe a cientos de miles de migrantes que se emplean como jornaleros agrícolas. La sindicatura de Lic. Benito Juárez, Navolato es uno de esos pueblos que recibe más de 25 mil migrantes cada temporada. Una de esas oleadas trajo a Sinaloa a Jorge López Hernández.
Abandonó su pueblo en Oaxaca acariciando la idea en convertirse en abogado. No cesó en su afán, y ya casi para terminar su carrera se involucró en actividades del organismo denominado Frente Cívico Sinaloense, encabezado por Mercedes Murillo. Y pronto estuvo mediando en la Procuraduría de Justicia de Sinaloa sobre conflictos y delitos relacionados con personas marginadas y de los pueblos originarios radicados en el centro de Sinaloa.
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Atendiendo uno de esos casos de víctimas de delito fue como conoció a la Sindicatura de Villa Juárez, Navolato y quedó impresionado por la diversidad lingüística y alta representación de pueblos indígenas en un solo punto. Comenta para Tus Buenas Noticias que ver tantas personas de comunidades nativas de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz lo hizo sentirse como en casa.
Así fue como en el año de 1999 el Lic. Jorge López Hernández empezó a trabajar en un proyecto para prevenir el delito entre las comunidades indígenas, pues no había programas encaminados a ello. Como parte de esa iniciativa hizo un díptico en lengua mixteca para lectura, y un video que proyectaban en los transportes, donde hablaba de cómo prevenir el delito, dónde hacer denuncias y cómo hacerlas.
Luego se involucró con la comunidad para hacer una agencia especializada del Ministerio Púbico en Villa Juárez, con carácter mixto, pero con énfasis en asuntos indígenas. Fueron los propios habitantes, con la práctica del tequio, los que ofrecieron uno a uno los materiales para construir el establecimiento, como se acostumbra en los pueblos de origen.
Por su sensibilidad a la población, el Lic. Jorge López Hernández se constituyó en el primer agente del Ministerio Púbico al inaugurarse la agencia de Villa Juárez en 2002, en cuyo puesto duró unos 8 años. Ahí implementó el sistema de justicia normativo como se hace en las comunidades indígenas a través de la medicación para resolver los conflictos en 3 días; sin integrar averiguación previa, salvo en casos de delitos que se persiguen de oficio. Esto siguió hasta que se dio el retiro de la agencia del MP con la reestructuración del Sistema de Justicia Penal.
Villa Juárez le gustó para quedarse. María Aurora García Bojórquez le robó el corazón y casado con ella procreó 5 niñas y un niño: Yurisavi (derecho a la lluvia), Itaí (flor bendita), Novelí (plata bella), Quetzaly, Ixchel y Jorge. Con ellos vive y ha hecho de su casa la casa de todos, porque a todas horas lo buscan para alguna gestión.
Desde que vive en Villa Juárez se ha involucrado en la organización de eventos deportivos, musicales y gastronómicos. Durante el festejo de la conmemoración del natalicio de Benito Juárez organizan muestras gastronómicas de la cultura nativa mexicana, donde los tamales oaxaqueños son un deleite dominante. Y en el ámbito deportivo se tienen encuentros de basquetbol varonil y femenil donde participan hasta 25 equipos locales con miembros de distintas etnias.
Entre sus acciones destaca el haber sido miembro fundador de la Asociación Civil “Profesionistas Indígenas del Noroeste” que actualmente preside. En el ámbito musical han promovido la creación de la primera banda de música intercultural de Villa Juárez, integrada inicialmente con jóvenes indígenas, que ya viven de la música y han integrado otras bandas.
Se le reconoce haber impulsado la creación del Bachillerato Intercultural de Villa Juárez, que inició con clases en español, Mixteco y Triqui, donde también ha trabajado como docente. Su vida en Villa Juárez ha sido de crecimiento y de servicio, Jorge López estudió en ese tiempo un posgrado de maestría en Ciencias del Derecho, y luego un doctorado en Ciencias del Derecho, con mención honorífica sobre el tema de investigación “Educación Intercultural Plurilingüe en las Políticas Públicas en México”.
También gestionó para Villa Juárez la llegada de la Universidad Intercultural Indígena con carreras en línea y trabaja en la reforma de la Ley Orgánica de esa Universidad.
Derivado de sus ganas de servir ha promovido proyectos productivos, asesorías, impartición de talleres sobre salud, administración, lenguas y justicia para los pueblos indígenas.
Sus 22 años de vivir en Villa Juárez los describe como: “Una experiencia muy bonita, me ha gustado mucho su gente, aquí se hablan diferentes lenguas y eso hace que muchos no extrañen tanto a su tierra. Si se quiere convivir hay gastronomía, música y vestimentas de muchos pueblos indígenas. Puedes ir a una colonia y hay hablantes Mixtecos, vas a otra y hay Zapotecos, en otras hablan Náhuatl, en otras Triqui… la convivencia intercultural vuelve grande a Villa Juárez. La gente aunque esté lejos de su estado siente que está cerca de allá”.
Jorge López Hernández se define a sí mismo como “gestor”, sigue el ejemplo de su padre fallecido Joaquín López Ramírez, de quien dice “cumplió todas las mayordomías de mi pueblo en Oaxaca”, y admira a su mamá Albina Hernández Reyes, quien permitió que sus hijos migraran a Sinaloa buscando mejor calidad de vida.
Por más de dos décadas Jorge López es villjurense, con lengua mixteca y corazón para todas las etnias.
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