En la margen izquierda del río Presidio en dirección noroeste se localiza la comisaría de Palmillas en Concordia, Sinaloa, un lugar que me gusta visitar constantemente.

El sitio tiene ese toque característico similar al de un pueblo del viejo oeste: lejano y pocos habitantes pero con una envidiable presencia; la cuenca del río Presidio, un proveedor de vital líquido y generador de actividad primaria como la pesca de mojarras, las cuales crecen de manera orgánica en la corriente de agua que fluye permanentemente durante todo el año.

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Esta vez la travesía me llevó 1 kilómetro río abajo hasta llegar a una zona rodeada de peñas cenizas y vegetación seca, en donde se encuentra enclavada en el suelo una roca en especial con un supuesto símbolo de origen desconocido, que puede considerarse como un dibujo rupestre tallado. Sin embargo, perdió su aspecto original debido al remarcado realizado por algún individuo que ignoraba por completo el valor representativo del mismo.

Algunas personas nonagenarias del pueblo aseguran que el símbolo en esta piedra es objeto de bastante antigüedad, recuerdan que en su niñez era común merodear por las orillas del río cuando el dibujo ya existía.

Según el relato general, la roca quedó al descubierto cuando el flujo de agua se redujo considerablemente durante una temporada de secas; un campesino originario de Palmillas aprovechó la circunstancia para cercar esa parte de terreno y posteriormente sembrar maíz.

Al revisar detalladamente la tierra, observó una extraña característica en una de las rocas que la diferenciaba de las demás. Corrió la voz con los otros colegas para tratar de descifrar esa figura que despertó gran curiosidad en todos ellos, la apodaron "la mona", ya que asimila una silueta humanoide hecha posiblemente por una vetusta tribu nativa de la región, la que tallaron con un cincel o herramienta rudimentaria.

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Al paso de los años el descubrimiento se volvió un típico punto de visita que sufrió modificaciones a cargo de la mano humana.

Sin embargo, tanto el origen como la intervención humana no se han comprobado del todo.

Uno que otro curioso ha intentado excavar a un costado con la creencia de encontrar cántaros llenos con monedas de oro.

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