"Fili" hace los quesos de Navolato, herencia de Don “Chico”
Los quesos que realiza Don "Fili" son los preferidos de los navolatenses. Los hacen deleitarse con su exquisito sabor.
Los quesos que realiza Don "Fili" son los preferidos de los navolatenses. Los hacen deleitarse con su exquisito sabor.
Filiberto Gastélum recuerda con cariño todas las enseñanzas de su padre.
Al son de la música de viento Filiberto Gastélum pasa sus días en el lugar que hace algunos años fuera el hogar de sus padres Francisco Gastélum y María Luisa Hernández. Al recuerdo y amor de sus padres le une la tradición de los quesos de Navolato.
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Con regocijo y afán, dedica sus días a la elaboración de asaderas, queso, requesón y jocoque. Sus clientes dicen que son los productos más exquisitos de Navolato y de mayor tradición.
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En ese lugarcito “Fili” hace algo más que sus productos. Va añorando los mejores momentos que vivió junto a su padre, Don “Chico” quien desde joven dedicó su vida a la elaboración de estos productos lácteos.
“Fili” recuerda que fue su padre quién lo enseñó a procesar la leche para hacer sus deliciosos productos.
"Fili" dedica su tiempo a la elaboración de quesos y asaderas, herencia de su padre.
“Me acuerdo que cuando empecé a ayudar a mi papá íbamos por la leche a los corrales. A las 5 de la mañana mi papá ya andaba recolectando la leche y llegaba aquí a su casa y empezábamos a trabajar”, señala.
Dedicado a este negocio que, a su vez, también aprendido de su propio padre, Don “Chico”, sacó adelante a sus ocho hijos. Y no solo eso, logró darles a todos una carrera universitaria.
“Con el negocio de las asaderas, mi papá nos sacó adelante, tuvo para ayudarnos a pagar los estudios a todos, entre mis hermanos hay un médico, una enfermera, un maestro, un contador público, un ingeniero civil, una maestra en modas, y yo, un abogado”, dice con satisfacción.
“Fili” asegura que todos ellos se dedican a sus profesiones. Solamente él decidió dejar la abogacía para seguir los pasos de su padre como una forma de demostrarle su amor y admiración.
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El señor Francisco "Chico" Gastélum enseñó a sus hijos a trabajar desde muy jóvenes.
“Desde los 18 años yo le ayudaba a mi papá, cada uno en su tiempo le fue ayudando y luego cuando tenían que ir a estudiar el que seguía le ayudaba y así sucesivamente. Todo pasamos por aquí” dice entre risas.
Don “Fili”, asegura que aun cuando todos sus hermanos tuvieron la oportunidad de dedicarse a la elaboración de las asaderas, decidieron dedicar sus vidas a sus profesiones. Con él fue distinto, y es que lo que “Fili” más deseaba era sentir para siempre el amor de su padre al realizar con tanta dedicación las asaderas por más de 50 años, para los que llegaban a buscar ese rico queso.
Con el paso de los años, Don “Chico” dejó el negocio y se dedicó a disfrutar de su familia, hijos y nietos, hasta que hace 15 años su amoroso padre perdió la vida.
El corazón de “Fili” y todos sus hermanos quedaron destrozados, pero fue ese mismo amor que Don “Chico” les infundió que pudieron salir adelante a pesar del dolor.
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Los productos que elabora Filiberto son una exquisitez para el paladar.
Tan es así que el recuerdo de su padre continúa vivo. Colgado sobre la mesa donde elabora sus quesos, se encuentra la foto de Don “Chico”. Ese que según “Fili” tenía un afecto especial, siempre bien vestido e impecable en el vestir. Un hombre respetado por todos en Navolato.
Hablar de Don “Chico”, en el lugar que muchos años trabajó, y en un ambiente impregnado a ese aroma a asaderas recién hechas, es para “Fili” un momento especial, casi puede sentirse su presencia. Lo que se transforma en emoción representada por lágrimas que corren por su rostro y entrecortan su voz.
Un reflejo del gran amor que “Fili” le tiene a su padre. Y como dice, escuchar esa música al son de “Flor del Campo” y “La Cuichi” lo hace sentir que los años no pasan y lo transporta a aquellos días cuando don “Chico” lo acompañaba a preparar todo para sus asaderas.
Con el esmero de “Fili”, la gente de Navolato sigue comiendo los quesos como en tiempos de “Don Chico”.
Periódico de Navolato Junio- 2021